El consorcio de operadores de cable ONO ha rechazado la oferta de AUNA, que ofrece 2.400 millones de euros (aunque 1.300 millones de euros son deuda). El rechazo procede de la cúpula, es decir, de Eugenio Galdón, pero se da la circunstancia de que el principal accionista de ambos consorcios es la misma institución: El Santander Central Hispano, es decir, Emilio Botín. Galdón siempre ha contado con el apoyo de los hermanos Rodríguez Inciarte, pero eso puede no bastar ahora. Eso sí, los fondos norteamericanos, y especialmente el de General Electric, pueden exigir más dinero, pero lo cierto es que, antes o después, la operación se llevará a efecto, aunque haya que elevar la oferta. Simplemente, porque estamos hablando del mismo dueño.

 

Por otra parte, la fusión de AUNA y ONO no conllevaría ningún tipo de monopolio, dado que en toda España existe un competidor de fibra óptica tanto de AUNA como de ONO: Telefónica. Lo que ocurre es que Telefónica no ha querido explotar su licencia, de alcance nacional, de fibra óptica: lo suyo es explotar el viejo par de cobre a través de la tecnología ADSL.