La dimisión de Manuel Conthe prefigura la caída del vicepresidente económico

El presidente de la CNMV se convierte en el primer alto cargo que le dimite a Zapatero, en tres años de legislatura progresista. El club de Intermoney -Sebastián, Vegara y Arenillas- se crece en la Administración económica española. Ahora más que nunca, Sebastián se sitúa como relevo de Pedro Solbes. Arenillas sería una sustituto mucho más dócil a La Moncloa y más servil ante ENEL y los Entrecanales, que son los que han tumbado a Conthe.
Fue el viernes 23, cuando el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tiró la toalla. Proponía abrir expediente a ENEL y Acciona por fraude de ley. Conthe era consciente del clamor en los mercados: dos empresas que boicotean la OPA de un competidor, filtrando a la prensa que lanzarán una OPA a mejor precio, a los que se condena levemente a seis meses de espera, y que, pese a todo, insisten en su actitud montaraz, no es agradable para el árbitro del encuentro.

En definitiva, el viernes 23, Conthe acude al Consejo de la CNMV con la propuesta de abrirle un expediente a ENEL y Acciona y cargarse la opción hispano-italiana… y se queda sólo. Un chasco impensable, dado que los 7 puestos del Consejo se distribuyen así: como vicepresidente, Carlos Arenillas, su adversario, del clan Intermoney. Como consejeros internos figuran dos amigas y colaboradoras suyas y de su mentor, el vicepresidente económico Pedro Solbes: Rosa Rodríguez y la recién nombrada Soledad Abad. Junto a ellas Julio Segura, eterno aspirante a gobernador del Banco de España al que en Moncloa hicieron dimitir del Consejo del supervisor para sentar en su sillón al futuro gobernador MAFO. Pues bien, Conthe también esperaba el "sí" de Viñals y se topó con el desastre.

Como externos, quedan Soledad Núñez, directora general del Tesoro, otra intermoney, seguidora de Miguel Sebastián y Carlos Arenillas, y José María Viñals. Éste último -otra fatal sorpresa- es el hombre que Solbes tenía preparado para gobernador del Banco de España, pero por presiones de Sebastián y Moncloa se tuvo que quedar como subgobernador.

Conthe no se lo podía creer: se había quedado solo. Y lo mejor: era evidente que Pedro Solbes le había traicionado. Hispanidad ya había advertido que la situación era insostenible ("ENEL y Acciona ridiculizan a Conthe. El cargo del presidente de la CNMV, en el alero"). Al final, en su carta, el presidente de la CNMV alude al artículo 33 de su propio Código de Buen Gobierno, y a las exigencias de un consejero cuando se queda sólo frente al resto.

Y el asunto venía de atrás: los despropósitos cometidos por el Gobierno ZP desde que Gas Natural lanzara su OPA sobre Endesa, han traído estos lisos. Conthe se ha visto obligado a disimular las intromisiones del Gobierno que le había puesto al frente de la CNMV ("Márchese señor Conthe") y no quedar en ridículo en Europa.  

Todo ello dentro de la lucha entre los dos clanes socialistas, el de Asesores Financieros Internacionales, al que pertenece Conthe y con el que Solbes mantiene las mejores relaciones, y el más estatista e intervencionista clan Intermoney, que lidera Miguel Sebastián –el sustituto que ZP pretende para Solbes- y al que están afiliados el secretario de Estado de Economía, David Vegara y el vicepresidente del CNMV, Carlos Arenillas.

Entendámonos: Conthe esperaba contar con el apoyo de Solbes, del que siempre había dispuesto. Además, como ya explicáramos (Hispanidad, jueves 29), ZP y Solbes no se aguantan. Eso sí, como en el progresismo español los trapos sucios se lavan en casa, ambos tiene apalabrado un pacto de no agresión, que consiste en que Solbes permanecerá en la vicepresidencia económica hasta final de legislatura, pero que, hasta es fecha, nadie discutiría su primacía. Sin embargo, Sebastián y los intermoneys se la han disputado desde el primer día y lo que es peor, la batalla por Endesa le ha hecho quedar en ridículo donde más le duele: en los foros internacionales y, en especial, en Bruselas. Ahora mismo, el desprestigio, por falta de seriedad, de la Administración Solbes y de la regulación española (mejor no hablar de Mayte Costa y la Comisión Nacional de la Energía, CNE) no ha podido caer más bajo. A pesar de ello, Moncloa le ha vuelto a doblar el pulso a Solbes y Solbes ha traicionado a Conthe dejándole caer. Está claro que la caída del presidente de la CNMV prefigura la caída del propio Solbes. O dicho de otro modo: a partir de ahora, su autoridad ha quedado reducida al mínimo. Solbes es, más que nunca, un verdadero pato cojo.

Eso sí, con su gesto, que le honra, Conthe se convierte en el primer alto cargo de la Administración Zapatero que presenta su dimisión. Porque en el zapaterismo nadie dimite, ni el propio ZP está dispuesto a colocarse un horizonte máximo de permanencia en el poder. ENEL y los Entrecanales, que han sido los que han tumbado a Conthe se crecerán ahora, aunque también es verdad que ya hay muchos inversores hartos del jaleo de Endesa que a lo mejor aprovechan las últimas horas para acudir a la OPA sobre E.ON.