El vicepresidente económico, Pedro Solbes, ha confirmado este medio día que los depositantes de Afinsa y Forum Filatélico no podrán contar con el apoyo del Fondo de Garantía de Depósitos, al no tratarse de entidades financieras reguladas. Solbes, que no ha querido cuantificar el volumen de los afectados ni la cuantía de la estafa ha situado el inicio de las actuaciones en la Agencia Tributaria.
Según información de la Fiscalía Anticorrupción, ambas compañías filatélicas habrían cometido delitos contra la Hacienda Pública, blanqueo de capitales y falsedad documental. La operación ha sido realizada conjuntamente entre el juzgado nº 1 de la Audiencia Nacional (Santiago Pedraz) y el titular del 5, Grande Marlaska. La Fiscalía Anticorrupción ha puesto a disposición dos fiscales para que investiguen el caso ya que entienden que la rentabilidad ofrecida (6%) era altamente improbable.
Además, Anticorrupción señala que en caso de que todos los depositantes hubieran retirado su depósito al mismo tiempo, se habría producido una quiebra real. Exactamente lo mismo que ocurriría si los depositantes de las entidades financieras tradicionales retiraran sus depósitos. ¿Cuál es la diferencia? Que las entidades financieras están sometidas a la disciplina e intervención del Banco de España y las entidades filatélicas, no.
Estas han sido siempre la obsesión del Banco de España, que siempre ha mirado con recelo aquellas entidades de depósito que no controlaban. El problema, como siempre, es que en caso de no intervenir, la bola sigue creciend más depositantes, más productos, más red. Y el sistema funciona: siempre se han abonado los intereses y se ha devuelto el dinero cuando ha sido solicitado.
¿Cuál es entonces el problema? Que estas entidades basan el negocio en un activo, los sellos, que controlan ellos y que valoran ellos. La estabilidad de los depósitos existe hasta que se quiebre la confianza. Y la confianza se quiebra por una avalancha masiva de depositantes o bien por una intervención pública. Voilá. Jamás volverán a existir estas entidades, porque la intervención de la mañana de este martes hace imposible recuperar la confianza. Y lo peor: existen al menos 200.000 pequeños depositantes en corralito y cuyos ahorros se encuentran ahora en cuestión. El Gobierno, se lava las manos.