Sr. Director:

 

Queremos expresar nuestro dolor por la reciente publicación del libro "Los documentos secretos de los Legionarios de Cristo". En este escrito, lleno de falsedades, un periodista y varios ex religiosos de la congregación de los Legionarios de Cristo calumnian a nuestro fundador y director general, el P. Marcial Maciel, a otros miembros de la Legión de Cristo y a la congregación misma.

 

No nos toca a nosotros juzgar el corazón ni las intenciones de estas personas, pero sentimos profunda pena por ellos y por el daño injusto que nos causan y que causan a la Iglesia.


1. Coincidimos con el juicio general de la sociedad y reprobamos cualquier abuso de menores que suceda dentro o fuera de la Iglesia Católica. En nuestros centros y actividades ponemos numerosos medios y particular vigilancia para que todos los miembros o participantes sean tratados con dignidad y caridad cristianas.


Los Legionarios de Cristo nos hemos consagrado al servicio de los hombres y de la Iglesia, y tal vez por nuestra fidelidad a la fe católica y al Papa, se repiten estos ataques contra nosotros.


2. Como portavoz oficial de nuestra congregación en España, deseo manifestar que el P. Maciel ha negado categóricamente las acusaciones que se hacen contra su persona.


Con el único afán de evitar el escándalo y el que nuestros hermanos los hombres sufran dudas en su fe, deseamos ofrecer a las personas de buena voluntad algunos elementos que puedan ayudarles a orientar su juicio. Ya en el período de 1956 a 1958, algunos de los ex religiosos que calumnian al P. Maciel, lo acusaron de varios delitos graves, algunos de los cuales hoy se repiten. Sin embargo, ninguno de los acusadores, en aquella ocasión, refirió un supuesto abuso sexual. Por entonces, y para hacer una investigación profunda, la Santa Sede privó al P. Maciel de sus facultades como superior de la congregación y fue exiliado de Roma durante casi tres años.


La investigación se encomendó, entre otros, a Monseñor Polidoro van Vlierberghe, religioso franciscano de origen belga, Visitador Apostólico del Vaticano, y posteriormente Obispo Prelado de Illapel, Chile, quien después de visitar personalmente los centros de la congregación e interrogar bajo juramento a los religiosos, declaró formalmente: "Durante la visita, hecha con toda minuciosidad y rigor, pude comprobar que, además de una completa desorbitación de hechos, las acusaciones contra el P. Maciel y su obra estaban basadas en calumnias". La Santa Sede, entonces, confirmó al P. Maciel como superior general de los Legionarios de Cristo. Viendo fallidos sus intentos de ocupar cargos de relieve en el gobierno de la congregación, los acusadores abandonaron la vida religiosa.


En 1996, cuando inició una nueva ola de ataques contra el P. Maciel, Monseñor Polidoro afirmó: "La naturaleza de las acusaciones, en vez de parecer ingenuas, eran intrincadas y siempre parecían calculadas para crear el mayor impacto ante los destinatarios específicos a los que eran presentadas. Sin embargo, me sorprende que ahora, más de cincuenta años después, el P. Maciel sea acusado de abuso sexual por algunos de los mismos individuos que no dudaron en acusarlo en los años cincuenta de muchas otras faltas y crímenes graves que se demostraron totalmente falsos".
Por otra parte, uno de los ex religiosos implicados, el Lic. Miguel Díaz, se retractó de las acusaciones con declaración ante notario, lamentando "el haber accedido a una petición reiterada de las personas aludidas". Otros cuatro ex miembros declararon ante notario que fueron invitados a levantar falsas acusaciones contra el P. Maciel.


4. En el libro se levantan graves acusaciones contra los superiores y formadores del centro vocacional (seminario menor), que la congregación posee en Ontaneda (Cantabria). Quienes han sido rectores del centro afirman sin equivoco que los relatos publicados no se ajustan a la verdad y se declaran inocentes de los supuestos abusos a ellos atribuidos.


5. José Martínez de Velasco publica numerosos párrafos tomados de las Constituciones de la congregación, así como de sus normas y de otros escritos del fundador. Esta publicación se ha hecho sin el permiso de quien es autor y poseedor de los derechos legalmente registrados de estos escritos. No se trata de escritos secretos. Por ejemplo, las Constituciones han sido aprobadas por la Santa Sede después de una minuciosa revisión. Los otros escritos componen el patrimonio espiritual de la congregación que está a disposición de los miembros. Toda institución tiene derecho a poseer documentación interna.

 

El autor, citando fuentes anónimas, pone en duda la aprobación eclesial de nuestras Constituciones. Esta acusación, como tantas otras hechas en el libro, no tiene fundamento alguno. Las actuales Constituciones de los Legionarios de Cristo fueron plena y definitivamente aprobadas por la autoridad competente en 1983 y algunas ligeras modificaciones de las mismas en 1994.


6. El P. Maciel, y con él todos los Legionarios de Cristo, no guardamos ningún rencor contra quienes nos han calumniado; antes bien, los encomendamos sentidamente en nuestras oraciones, y expresamos nuestra gratitud a las innumerables personas de buena voluntad que, ante tales ataques, nos han confirmado su apoyo y estima.

7. Para ulterior documentación sobre esto temas, por favor vea el material que se encuentra en este mismo sitio de internet
www.verdadeslc.org.


P. Rafael Pardo, L.C.

 

Portavoz de los Legionarios de Cristo en España

 

NOTA:

 

Al rebufo de esta carta, parece pertinente contarles algo. El pasado lunes 15, me llama Eduardo Sotillos, el que fuera portavoz del primer Gobierno socialista, para aclararme que en el programa TNT, de Tele 5, en el que se calumnió a gusto a Los Legionarios de Cristo y al Opus Dei, se le citó a él como legionario.

 

La documentación del espacio que presenta el señor Jordi González, y sobre el que los Bergareche, propietarios del 13% de la cadena no han dicho esta boca es mía, merece un sobresaliente. Sotillos afirma no haber pagado nunca la cuota de abonado a la Legión. Es más, se queja amargamente de que vive cerca de la Universidad Francisco de Vitoria y que algunos de sus vecinos son profesores de la misma, mientras que a él nunca se lo han ofrecido. Está muy molesto.