Se lo decía César Alierta al primer ejecutivo de la filial británica de Telefónica, O2, Peter Erskine. Si ganáis al Barça os tengo que poner en venta. Sabido es que el destino tiene muy mala uva, pero también es duro que se produzca el siguiente cúmulo de casualidades: El Arsenal elimina al Real Madrid de la Liga de campeones, luego elimina la Villarreal, ya en semifinales. Si finalmente se corona campeón de Europa frente al Barça, sí, es más que probablemente que una de dos: o Alierta se vea obligado a vender O2 o que se vea obligado a marcharse, no de Telefónica, sino de España. Sólo faltaba, por decir algo, que el Arsenal hubiera eliminado al Zaragoza, único equipo que en su camiseta lleva el logo de la operadora. Y no porque la compañía patrocina la Zaragoza: patrocina a la Expo 98 en el traje del equipo maño, que no es exactamente lo mismo.

Lo cierto es que el fútbol más que un deporte es una pasión o una manía. Por eso, Telefónica se cuida muy mucho de no patrocinar el Real Madrid para no causar heridas en Cataluña, pero también se cuida de no esponsorizar al Barça, porque la reacción madrileña podría resultar aviesa. No toques al Betis ni al Sevilla, que cualquiera de los dos pude provocarte problemas en toda Andalucía. De Celta y Deportivo mejor no hablar, de la misma que forma que ocurre en Cataluña con el Barça y el Español o en la capital con el Real y el Atlético. Por ahora, nadie le ha encontrado al Zaragoza un problema interregional o conflictividad local.

No olvidemos que el grupo Zanussi, primer patrocinador del Real Madrid, a pesar de su origen neutral italiano- vio cómo descendían sus ventas en Cataluña.

Un país unido mira al futuro con confianza.