Tercera secuela protagonizada por el ogro verde más famoso del campo de la animación, A pesar de contar con una trama que podía haber sido acertada, esta nueva entrega falla en lo fundamental: el humor. Es decir, Shrek Tercero es sosa.

En la misma, Shrek, ante la muerte inesperada de su suegro, el rey Harold, se ve en la tesitura poco deseada de sentarse en el trono del Reino de Muy Muy Lejano. Solamente le queda una salida para evitar ese futuro tan poco tentador para él: encontrar al candidato ideal entre los parientes de su esposa, la princesa Fiona…

Aunque Shrek 3 sigue contando con el mejor dibujo del campo de la animación por ordenador, a esta secuela lo que le falta es gracejo. Chris Miller y un grupo de guionistas se han limitado a repetir, remozados, los gags que ya vimos en las dos primeras películas y no es capaz de introducir nuevos personajes divertidos (como ocurrió con el gato con botas en Shrek 2) ni de desarrollar ingeniosamente nuevas tramas (el miedo a la paternidad de Shrek). El resultado es una película que no resulta aburrida pero de la que no se recuerda nada en especial…

Para: Los que crean que terceras partes pueden ser buenas