Aseguran que se esta manera se evitarían casos como el de Barcelona

No. No es sólo el frívolo de Rajoy que parece desconocer que el aborto está despenalizado desde 1985. En los desayunos de TVE afirmaba que llevaba despenalizado desde "hace 13 ó 14 años" e insistía en que lo que había que hacer era aplicar la Ley porque tiene "la sensación" de que no se cumple. En realidad, tiene abundante información sobre el fraude sistemático que existe en relación al aborto. Aunque puede que no haya tenido tiempo de leerla.

Pero como decimos, no es el único. En la mañana de este miércoles, la periodista de El Mundo, Lucía Méndez, defendía la "ley de plazos" para evitar "infanticidios" como el de Barcelona. En su opinión, el aborto y el infanticidio de Barcelona "no tienen nada que ver" y considera que la mayoría de los centros "cumplen la ley". O sea, la misma doctrina manifestada por Bernat Soria entrevistado por El Mundo. Pues bien, conviene recortar que Méndez trabajó en los servicios de Moncloa a las órdenes de Aznar y recaló en El Mundo tras la victoria de Zapatero. O dicho de otra forma: Lucía Méndez es una de las voces del PP en el periódico de Pedro Jota.

Veamos, Lucía. La ley de plazos no evita el horror de Barcelona. Porque ninguna feminista va a permitir que se recorte esa válvula de escape. Tampoco los centros de abortos que se forran literalmente con esos abortos de tercer trimestre. Y Morín no era el único. Sin embargo, sí que supondría una grave quiebra legal en la defensa de los derechos del ‘nasciturus'. Y desde luego, por supuesto que hay muchos centros que incumplen la ley: la mayoría. El 97% de los abortos practicados en España se justifican por los riesgos para la salud psíquica de la madre. Un fraude sistemático. El vídeo de Intereconomía pone en evidencia el fraude en el centro El Bosque de Madrid, pero desde luego que no es el único.

Y por último. La diferencia entre el infanticidio y el aborto es visual, pero no real. Por supuesto que matar a un niño con sus piernitas y su corazón produce más dentera y repulsa moral que abortar un feto de 15 semanas. Pero la realidad moral es la misma: segar una vida humana. Da igual su estado de desarrollo. Es una vida humana única e irrepetible, con independencia de su tamaño. Pero por lo que se ve, el PP también tiene su ‘cacao maravillao'.