Un joven sale corriendo de una Iglesia de Alcorcón con la forma consagrada en la mano
Pocas veces se hacen públicos los casos de sacrilegios y profanaciones en templos por dos razones: porque como ocurre con los suicidios, los sacrílegos crean escuela y, en segundo lugar, porque la policía no hace ni caso. La profanación del Santísimo no es para ellos más que el robo de un trozo de pan y la actividad satánica no es más que un modo de enajenación mental. Y como tampoco hay manicomios…Lean lo sucedido en la localidad-dormitorio de Madrid, Alcorcón.