Ya hay demasiados que descuentan que Grecia no va a poder hacer frente a la ayuda. Es verdad que ha bajado el déficit inmediatamente, pero es consecuencia de que la ayuda prestada se hace a tipos más bajos que el interés de la deuda que se estaba pagando hasta entonces. En Grecia se ha producido una verdadera huida de capitales: empresarios y jóvenes con ambición están fuera. Así que muchos descuentan que no hay de dónde sacar y que finalmente el país terminará declarando la banca rota. Para desgracia de los bancos acreedores.
Y por lo mismo, en Alemania empieza a cundir la especie de que no pueden aguantar el default griego y la ayuda a España. La tesis de los dos euros -o de la salida del euro de Alemania- empieza a fructificar. El problema es obvio: si Alemania se va del euro, qué sentido tiene la moneda única. El regreso a las monedas locales sería automático. Y la devaluación, también. Es lo que se pretende evitar realizando devaluaciones sin devaluar. Pero no es tan fácil. Al final, el proyecto de moneda única puede fracasar saltando por los aires. Y este escenario, no negado por la mayoría de los economistas, es el que ha provocado la fuga de capitales.
Andrés Velázquez
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