Ahora pide a Kirchner que se implique en la liberación de Ingrid Betancourt
El presidente francés, Nicolás Sarkozy, ha aprovechado la bronca entre Venezuela y España –el mundialmente famoso "¿por qué no te callas?"-, así como la inacción del Gobierno Zapatero para restar a España protagonismo: a día de hoy, el nuevo interlocutor de Europa con Hispanoamérica es Francia no España, algo que no ocurría desde la entrada del Ejército francés en México (precisamente, fueron los franceses los que se inventaron el término Latinoamérica, para justificar su presencia allí).
Sarkozy, siempre activo, ha comprendido que debe involucrarse en la liberación de Ingrid Betancourt, en poder de una de las guerrillas más peligrosas y canallescas del mundo, como son las FARC, que han convertido el secuestro en una industria mafiosa.
Ahora el presidente galo pide que se implique el argentino Néstor Kirchner, justo en el momento en que el Elíseo considera que la empresa francesa debe volver a Argentina en particular y a toda Iberoamérica en general.
En Venezuela, con un Chávez que ya se ha arrepentido de ser un buen demócrata y no acepta el resultado electoral del domingo, la oposición también busca su salida en París, no en Madrid.
El recambio de España por Francia en Iberoamérica es uno de los fenómenos más novedosos de la era contemporánea. Precisamente cuando alguno de nuestros empresarios ha abandonado el discurso sobe la inseguridad jurídica en la zona hispana. El primero, el presidente de Telefónica, César Alierta, quien, durante le reciente Foro Latibex discrepó de sus colegas y defendió el juego limpio que cada día con más fuerza, reina en Iberoamérica.