Aunque muchos asocian a la izquierda con el laicismo y el aborto, Solidaridad y Autogestión Internacional (SAIN) constituye una rara excepción que combina la defensa de la vida, el cristianismo y los postulados de la solidaridad y la autogestión. Si lo analizan, no es nada extraño, pero a algunos les choca tanto que no pueden contener su ira. En Santiago de Compostela aparecieron pintadas contra SAIN: Fascistas en peligro de extinción y Nosotras parimos, nosotras decidimos. Adivinen qué clase de ideología se encuentra detrás.
También en Pamplona miembros de SAIN fueron agredidos por abertzales mientras presentaban su campaña a las europeas del 7 de junio. La defensa de la vida y la solidaridad no atrae las simpatías de los radicales. SAIN sigue sin embargo con su compromiso de ser la voz de los empobrecidos y con la vida del no nacido.