Decía Einstein que es más fácil romper el átomo que romper un prejuicio. Eso es lo que les ha ocurrido a los diarios La Vanguardia y ABC, ediciones del martes 1, con las orejeras puestas en el mismo túnel, sólo que en dirección contraria.
Hablo del funeral por Adolfo Suárez, oficiado por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Valera. Sí, el obispo Rouco alabó a Suárez, hombre que supo establecer un periodo de concordia entre los españoles, capaz de evitar los síntomas de guerra civil de la Transición y que ahora vuelven a darse.
Y tiene toda la razón. En España hay peligro de guerra civil. Ahora bien, ¿ese peligro viene, como asegura el ABC, del intento rupturista de Artur Mas y el nacionalismo catalán No, no viene de ahí, aunque no ayuda a la concordia que haya una corriente nacionalista que constantemente insulta al resto de los españoles.
La Vanguardia ha vuelto a arremeter contra Rouco, porque le considera el obispo del españolismo. Asegura que el prelado vuelve a sacar a pasear el fantasma de la guerra civil de 1936.
Pero no, el secesionismo catalán, aunque no ayuda, no es causa sino consecuencia del guerracivilismo. La causa de una posible guerra civil en España, así como del guerracivilismo vigente, es la degradación moral del país. Para ser más exactos y más visual: la descristianización de España.
Lo diré de otra forma. A mí no me preocupa que Cataluña se separe de España, entre otras cosas porque es imposible. Nadie se va a separar de nadie. Estamos en vísperas de un acuerdo entre PP, PSOE y CIU, así que prepárense para escuchar las mayores estupideces desde Barcelona y las mayores arrogancias desde Madrid. Lógico: es el canto del cisne y tampoco podemos esperar mucho de la clase política española.
A mí lo que me preocupa es el cainismo que todo el 'problema catalán' provoca. Una enfrentamiento cainita, donde el vecino parece en guerra permanente, no contra el extranjero, sino contra el vecino. Eso sí es grave.
Pero el problema no es Cataluña, el problema es la descristianización de España. Un fenómeno mucho más preocupante. Lo de La Vanguardia y ABC no es más que acercar el agua a su molino, al molino de su propia deformación. Como Borges definía a los peronistas, separatistas y separadores, en Barcelona y en Madrid, no es que sean buenos o malos: son incorregibles.
Eulogio López
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