Sr. Director:
El motivo de que haya quienes se creen católicos y participen de creencias esotéricas y practiquen el yoga, el ocultismo, la superstición bajo distintas formas (ouija, astrología, meditación trascendental, espiritismo, etc.), ¿no será porque muchos sacerdotes no avisan de los riesgos del esoterismo, en donde se mueve, muchas veces, el mismo Dablo, como señalan importantes exorcistas?
Me parece muy interesantes el artículo de Monseñor Munilla "El auge del esoterismo", sin desperdicio, y del que entresaco: "muchas inquietudes y dudas que buscan ser satisfechas en el confuso campo del ocultismo esotérico, tienen una clara respuesta en las Sagradas Escrituras y en el Magisterio de la Iglesia. Me refiero, principalmente, a las verdades de la fe católica que hacen referencia a la vida después de la muerte (…), etc.
El problema está en que, a veces, hemos dejado de predicarlas porque nos resultaban incómodas, o porque pensábamos que no respondían al lenguaje del hombre moderno. Y ahora, resulta que el hombre de nuestros días se plantea, fuera de la Iglesia Católica, esas inquietudes y preguntas legítimas (…). Como ejemplo, pensemos en la difusión que tiene en nuestros días la creencia en la reencarnación.
Ante este hecho, en ocasiones, se ha echado de menos una exposición clara de la doctrina, que contraponga a la reencarnación, la inmortalidad del alma y la resurrección final. De hecho, existen católicos que ni tan siquiera saben que la reencarnación es incompatible con su credo (...). Y es que contra el auge del esoterismo, que es uno de tantos signos de debilitamiento y descomposición de la cultura occidental, el mejor remedio es la fidelidad a nuestra fe" ( Monseñor Munilla). Muy oportuna su cita de Chesterton: "Cuando el hombre deja de creer en Dios, termina por creer en cualquier cosa" (Chesterton), y la de Juan Pablo II: " No os avergoncéis jamás del Evangelio".
Josefa Romo
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