No parece muy lógico que el presidente de una compañía, Jaime Castellanos, se haga con el control accionarial de la misma, a través de un fortísimo endeudamiento, perjudicando a los minoritarios y, al mismo tiempo, reduciendo plantilla. También resulta extraño que muchas entidades financieras aporten fondos, especialmente para hacerse con el capital de un grupo de medios informativos. A los bancos no les gustan los medios. Al menos, en España no es habitual.
La respuesta a todos estos enigmas está en el rumor que corre por los mentideros madrileños, donde son cada día más los convencidos de que estamos ante un pelotazo y de que el equipo de directivos de Recoletos, una vez finalice la exclusión de minoritarios, venderá. No en vano, Jaime Castellanos es conocido como Jaime Pelotazos.