Horas después de hacerse público el acuerdo de fusión amistosa entre Barclays y ABN, a 36,25 euros, la triple alianza lo ha mejorado en más de 10%. Royal advertirá a la dirección de ABN que no atente contra los intereses de sus accionistas. El español Santander continúa conformándose con los activos de Brasil e Italia
A primeras horas de la mañana del lunes 23, el británico Barclays Bank y el holandés ABN-Amro hacían pública su fusión amistosa. La entidad resultante supondría la creación del segundo banco de Europa, quinto del mundo, con 220.000 empleados –aunque ya anunciaban la supresión de 13.000 empleos y la subcontratación, es decir, precarización, de 10.000 trabajadores- y 47 millones de clientes. El presidente del consejo sería el holandés Arthur Martínez mientras el cargo de primer ejecutivo recaería en el británico John Varley.
Todo parecía cerrado, pero apenas unas horas después, la triple alianza opositora, formada por el británico Royal Bank of Scotland, el franco-belga Fortis y el español Banco Santander, acordaban una contra-oferta más de un 10% mejor que la de Barclays PLC, cifrada en los 40 euros por acción. Y con una advertencia al equipo directivo de ABN: que no perjudique al accionista, dado que su oferta es mejor que la de Barclays, que supone una valoración de 36,25 euros.
Emilio Botín sigue en sus trece: se trata de trocear la entidad holandesa, y lo que le interesa al Santander son los activos de Italia y Brasil.