No es definitivo porque Rajoy es gallego, pero se está cansando de esperar la respuesta de Rodrigo Rato a su oferta de convertirse en vicepresidente primero de su futuro Gobierno. Rato no se atreve a dar el salto desde la Presidencia de Bankia para volver a ser lo que ya fue: responsable de la política económica española.
Recordemos que la oferta era muy tentadora, incluso para un hombre que este año puede salir por no menos de 5 millones de euros en el tercer grupo financiero del país frente a los 100.000 que cobraría como vicepresidente.
Rajoy no sólo ofrecía a Rato el timón de la política económica sino algo que podía calificarse como co-presidencia: tanto Economía como Exteriores quedarían bajo su mando. Mucho más poder del que tenía con Aznar. Ahora bien, también se le advertía que debía ir en las listas, para aprovechar su tirón electoral, como hacedor del milagro económico, en un momento en el que lo único que importa al votante, o al menos eso piensan en el PP, es la crisis.
Y ningún problema previsible sobre pugna en la Cumbre. Rajoy sabe que, como presidente es él quien quita y pone ministros y también sabe que es seis años más joven que Rato.
En el fondo, la propuesta de Rajoy tiene toda la lógica. También Rubalcaba, si albergara alguna posibilidad de ganar las elecciones, contaría con Pedro Solbes. Hay que volver a los ministros de las eras de bonanza.
Pero la renuencia de don Rodrigo ha terminado por cansar a don Mariano. Por tanto, el presidente de Partido Popular ha activado el Plan B, un Ejecutivo sin muchas sorpresas y un organigrama ministerial clásico: Soraya Sáenz de Santamaría como vicepresidenta primera y Cristóbal Montoro como vicepresidente segundo, responsable del área económica.
La verdad es que, como se decía cuando el primer gobierno Aznar, el que "entiende" de Economía es Montoro, no Rato, "ni ningún otro secretario de Estado". De hecho, Montoro lleva días comportándose como un verdadero ministro de Economía en la sombra, y nadie en el PP osa disputarle el papel.
Y respecto a Soraya ningún problema con su embarazo. Cuando se constituya el nuevo Gobierno, estará 'operativa'.
Y una sorpresa aunque esta tendrá que esperar al próximo mes de junio. Rajoy también tiene candidato para otro cargo mucho más importante que el de ministro de base: el de gobernador del Banco de España. Tras la desastrosa etapa MAFO al frente del supervisor, Rajoy pretende nombrar para el puesto a Elvira Rodríguez, especialista en Presupuestos, con experiencia en el Ministerio de Economía y como presidenta del Parlamento madrileño. Una mujer de armas tomar, muy capaz y que encima cae bien a todo el mundo.
Ni que decir tiene que este organigrama deja fuera del Gobierno a Dolores de Cospedal quien, a pesar de aunar la Secretaría General del Partido y la Presidencia de Castilla-La mancha, nunca rechaza un buen cargo y, como Gallardón, siempre aspirará a sentarse en el Consejo de Ministros, aunque sea en al cartera de Marina.
Rato aún puede rectificar, pero se le está acabando el tiempo. Recordemos que la confección de las listas está a la vuelta de la esquina y que Rajoy le quiere jurando bandera antes de la campaña electoral, no después. Y tampoco puede dejar Bankia de la noche a la mañana, con la que está cayendo.
Eulogio López
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