¿Lo más desagradable? No fue la comparecencia en el Parlamento catalán por el apagón de Barcelona, que calificó de "mesurada y correcta", sino el interrogatorio antidemocrático en el Senado, donde asegura que le preguntaron por su ideología y simpatía política. "Uno la tiene, pero se la guarda cuando es presidente de una compañía". Pizarro asegura que respondió a las preguntas "porque llevaba la lección aprendida, me las sabía, y supongo que alguno se habría arrepentido de pedir esa comparecencia". Por cierto que supuestamente estaban convocados otros presidentes de empresas, pero nunca compareció nadie aparte de él. ¿Pensó alguna vez en tirar la toalla frente a las presiones recibidas? "Ni hablar; eso para alguien de Aragón y Teruel, ni se plantea".
En cuanto a su despedida, reconoce que "siempre es morir un poco" y lamenta que "la chica se haya ido con otro", pero considera que "siempre es el comienzo de una buena amistad". Y tan buena, porque considera que el comportamiento de los consejeros de ENEL y Acciona que entraron el pasado mes de julio en el Consejo ha sido "impecable". ¿Qué pasará con Endesa? "Eso habrá que preguntárselo a los nuevos dueños; si han puesto 41.000 millones de euros para comprar unas acciones, sabrán qué hacer con ellas".
Pero lo que más morbo tenía es su futuro. Los rumores apuntan a su entrada en política y Pizarro los desmiente radicalmente: "Las vocaciones tardías son como los amores otoñales". A pesar de que Pizarro estuvo cerca de la política y ayudó a confeccionar el estatuto de autonomía de Aragón, asegura "que no se ve ahí a estas alturas de la vida". "Si no lo hice a los 20 años, no lo voy a hacer a los