Antes propiciaría una fusión entre Vocento y Unedisa, que Rizzoli no aceptará nunca

Los italianos exigen nuevos recortes, no en Marca ni en Expansión, sino en El Mundo. Tras el fracaso Murdoch, es la única salida que le queda al director de El Mundo. Quiere ser el periodista de la derecha laicista-pepera.
Las relaciones entre los propietarios de Unedisa, los italianos de Rizzoli, y el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez no van mal, van peor. Entre otras cosas, porque Ramírez no sólo actúa como director periodístico sino como director general a todos los efectos. Es más, sus relaciones con Antonio Fernández-Galiano, el presidente, ya no son las que eran. Los italianos consideran que Galiano es su hombre en España mientras que Ramírez es el director estrella al que tienen que soportar pero al que con gusto echarían a la calle. De hecho, Rizzoli ha exigido nuevas reducciones de gastos en El Mundo y Ramírez se niega. Insisten los italianos en que han asumido 1.000 millones de deuda de Unedisa en su matriz, y que mientras la situación de Expansión y Marca puede mantenerse, la de El Mundo en modo alguno. Y así, tras el fracaso de la operación Rupert Murdoch, a quien Ramírez ofrecía hacerse con El Mundo y el magnate le respondió que nunca editaría un periódico escrito en un idioma que no domina. Ramírez pugna ahora por hacerse con la dirección de ABC, donde el nuevo consejero delegado es su antiguo colaborador, Luis Enríquez.

Lo cierto es que el nuevo Ceo de Vocento no sabe qué hacer: el diario no remonta, la radio pierde dinero, la TV también, así como Internet, y los medios regionales ya no tienen la misma cuenta de resultados.

Total: Ramírez y Enríquez quieren forzar la fusión de ABC y El Mundo. Los italianos no quieren ni oír hablar de ello, entre otras cosas porque las sinergias no se ven por ningún lado y sólo beneficiaría a La Razón, del grupo Planeta. Pedro J. Ramírez nunca desecha una idea si ésta puede conseguir beneficios indirectos. En resumen: como los italianos aprietan, Ramírez, en colaboración con Enríquez, pondrá a los italianos en esa disyuntiva: o absorben ABC y mantienen ambas cabeceras bajo su mando o se marcha al diario todavía llamado monárquico.

Con él se llevaría a todo el equipo de El Mundo con el objetivo de convertir al ABC en el diario de la derecha, eso sí, de la derecha laicista y pepera. Derecha progresista: cristianos, abstenerse.

Por lo demás, la pregunta es: ¿puede El Mundo mantenerse en la segunda posición en ventas sin su director y fundador?

Eso sí, una cosa es la ambición de Ramírez y otra que su llegada al ABC logre convertir al periódico en un diario rentable. En estos momentos, no existe ni un sólo diario nacional en números negros. Todos pierden dinero y cada vez pierden más.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com