La Federación Española de Religiosos de la Enseñanza (FERE) que preside el P. Manuel de Castro fue la responsable de que el movimiento "LOE NO" se pinchara tras el "pacto de Rubalcaba". Es verdad que la FERE consiguió arañar del Gobierno algunos eurillos. Muchos, según algunos. Escasos, según mi criterio cuando la contrapartida es la libertad.
Porque a cambio ha tenido que ceder en que sus profesores sean elegidos por una cesta de la consejería que es la que paga sus nóminas. Y además, ha tenido que transigir con la figura del ‘comisario político' municipal en los colegios concertados. Precisamente la exigencia que los religiosos impusieron en el ‘pacto de Rubalcaba'. El entonces portavoz parlamentario del PSOE jugó sus malas cartas y los religiosos se quedaron con la brocha en la mano. Es lo que pasa cuando se negocia con trileros.
Hay quien piensa que la FERE ha sido víctima de la estafa socialista. No lo comparto. Creo que la FERE ha sido la avanzadilla de la política educativa de corte laicista. Así de duro y así de claro. La FERE presume de que el Gobierno ha escuchado sus indicaciones en Educación para la Ciudadanía (EpC). Una buena razón para ‘bendecirla'. Y el ‘buen rollo' es recíproco. El Ejecutivo Zapatero pagaba al P. de Castro con la imposición de la corbata de oro el pasado jueves. Fotos, aplausos y parabienes. ¿Alguien da más? ¡Eso es sintonía!
Es verdad que existen múltiples complejos entre los eclesiásticos. También es verdad que el miedo a perder el convenio educativo paraliza y convierte muchas veces a los religiosos en funcionarios de cuarta. Pero hay algo aún peor: existe connivencia con un proyecto laicista. No en vano los nuevos modelos pedagógicos nacieron de consultoras ligadas a los marianistas. Precisamente los que han contratado al ‘filósofo' José Antonio Marina para que redacte el texto de EpC. ‘Casualmente' Marina es el hombre que tanto la FERE como el ministerio de Educación pasean por España para ‘vender' la polémica asignatura.
Y el ‘filósofo' propone un ‘Gran Proyecto Humano' (GPH) como modelo de convivencia cívica, con una moral laica y una especie de religión sincrética. "Una ética más allá de la moral y las religiones", apunta Marina que considera que hay que superar el "monopolio moral" que han ejercido tradicionalmente las religiones. "La identidad religiosa y patriótica resultan incompatibles con el GPH", señala. ¿Es esta la propuesta de la FERE? ¿Por qué entonces invitan a Marina a explicar esta asignatura? ¿Por qué mantienen abierta distancia con la Conferencia Episcopal que se ha opuesto frontalmente al proyecto laicista de EpC? Ya es hora de ponerle nombre y apellidos a tanto desatino. P. Manuel de Castro, ¡dimisión!
Luis Losada Pescador