Otro premio fue a parar a su política favorita, Esperanza Aguirre, quien alabó las energías renovables a las que se dedica el presidente que le otorgaba el Premio

En la noche del jueves, en el incomparable marco del Club de Tiro Cantoblanco, la Asociación de Empresarios del Norte de Madrid otorgó su Premio Especial al presidente de Marsans, Gonzalo Pascual. Pascual, hombre modesto, quiso compartir el Premio con Gerardo Díaz-Ferrán, presidente de la CEOE, socio suyo en Marsans al 50% y presidente de la patronal CEOE. Se da la circunstancia de que Díaz Ferrán es cuñado de don Arturo Fernández, propietario de Cantoblanco, así como presidente de la CEIM, donde sucedió a su hermano político, y vicepresidente de la Asociación de Empresarios norteña que otorgaba los galardones. En las orgías liberales, todo queda en casa.

Por pura casualidad, otro de los premios fue a parar a la presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que presidía el acto, la misma que utilizó a Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual -y éstos se vieron obligados a dejarse utilizar- para controlar la patronal madrileña y española, así como la Cámara de Comercio de Madrid y expulsar de tan nobles antros a los empresarios gallardonistas tipo Fernández Tapias. El premio se lo entregó a la señora presidenta el presidente de la mencionada asociación empresarial, don Carlos Galdón.

Asimismo por pura casualidad el discurso de la presidenta trató sobre las energías renovables, que como se sabe, son las que más subvenciones públicas requieren, aunque se trata, claro está, de subvenciones liberales. El hecho de que Galdón ex-presidente de Glaxo Welcome, se dedique ahora a la energía solar, no debe hacer pensar mal a nadie. Son coincidencias.