El Banco de España anima a las cajas de ahorros a lanzar cuotas participativas, que los sindicatos consideran un paso previo a la privatización. El gobernador MAFO amenaza con un control estricto sobre las cajas mientras no lo tenga el mercado, otra forma de aludir a la conversión en SA. El vicepresidente Solbes afirma que las cajas de ahorros no pueden comprar bancos españoles y que deben vender participaciones industriales. La prensa afín al Gobierno presiona en el mismo sentido. El lobby bancario europeo vuelve al ataque contra las cajas, y la AEB lo justifica por la campaña publicitaria de la obra social: Nuestras acciones cotizan en la vida
La ofensiva para convertir las cajas de ahorros en sociedades anónimas es general. El lobby bancario europeo, azuzado por la patronal bancaria española AEB, continúa echando leña al fuego. Es lógica que sea la AEB quien actúa en Bruselas, porque el espíritu mutual aunque politizado, todo hay que decirlo- de la cajas sólo permanece en Noruega, Alemania y España. A los bancos les apetece quedarse con el 50% del mercado financiero español o con el 45% del mercado financiero alemán.
Así que la AEB acusa a la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) de romper las hostilidades con su reciente campaña publicitaria sobre la obra social, con el eslogan nuestras acciones cotizan en la vida.
Pero el ataque más fuerte llega desde el sector público. Por una parte, la Comisión Europea insiste, a la menor oportunidad, en el carácter público de las cajas de ahorros. Los más partidarios de que no existan otra empresa que la sociedad anónima, consideran que cualquier inversión de una caja en una industria puede recibir el tratamiento de ayuda pública, con consecuencias evidentes en materia de opas o cualquier otra lucha por el poder.
En España, la situación no es mejor. El gobernador socialista, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, asegura a todos los directores de cajas con los que se entrevista, que se propone vigilar muy de cerca de las entidades mientras no tengan un control del Estado. En otras palabras, mientras no se conviertan en sociedades anónimas o mientras no emitan cuotas participativas, acciones sin voto, que las cajas de ahorros siempre se han negado a emitir y que los sindicatos consideran el paso previo a la privatización, dado que, ¿cuánto tiempo tardará un inversor con derechos económicos en solicitar derechos políticos?
En paralelo, su jefe, el vicepresidente económico Pedro Solbes, afirma que las cajas de ahorros no deben tener participaciones industriales y que incluso si quieren compra bancos en le extranjero, deberán asegurar su recursos propios. No hay que olvidar que las cajas no pueden expandirse como tales cajas de ahorros, porque su peculiar naturaleza jurídica necesita un marco legal en el que insertarse.
En definitiva, cajas fuera de la industria o mejor, cajas convertidas en sociedades anónimas, con los ejemplos de Reino Unido y de Irlanda como referentes.