- Vergonzosa la escasa ayuda al Ejército galo de países como Estados Unidos o España.
- No sólo se trata de vencer a Al Qaeda en el Sahel y el Magreb sino de revitalizar a los desmoralizados ejércitos del África Negra para luchar contra el fanatismo musulmán.
- Además, Al Qaeda está pasando en África de guerrilla a ejércitos organizados.
- Los yihadistas imponen sus métodos en los territorios que conquistan: uso de la población civil como escudo, terror sexual con violaciones masivas, industria del secuestro, la piratería o el narcotráfico.
- En ese contexto, la ONU, en el colmo de la vergüenza, apoya a París pero se niega a dar cobertura logística.
Los Veintisiete ya han dejado claro en todo caso que sus instructores no participarán en operaciones de combate junto a las fuerzas francesas, malienses y africanas contra los grupos radicales islamistas -Al Qaeda en el Magreb Islámico, el MUYAO o Ansar Dine, grupo terrorista liderado por Algabass Ag Intalla (en la imagen)- que controlan el norte del país y emprendieron su avance hacia sur.
Hete ahí el quid de la cuestión, a lo más que aspiran estos países, además de a la instrucción del ejército de Malí, es a enviar apoyo logístico. Lo cual es criticable, pues como decía recientemente un general español en Atenea, el Sahel es como quien dice al patio trasero del occidente europeo, es decir, que occidente se la juega en Malí. Por eso, España y EEUU deberían apoyar también militarmente a Francia porque el yihadismo es una amenaza para Europa: es defensa propia. Un misionero español lo explicó recientemente a Hispanidad.
Porque no sólo se trata de vencer a Al Qaeda en el Sahel y en el Magreb sino incluso de de revitalizar a los desmoralizados ejércitos del África Negra para luchar contra el fanatismo musulmán. Y más cuando Al Qaeda está pasando en África de organizar en guerrillas a ejércitos organizados, lo cual es mucho más peligroso.
Porque el peligro del fanatismo de Al Qaeda no se queda ahí: por ejemplo, consiste en el uso de la población civil como escudo frente a las tropas francesas; en el terror sexual mediante con violaciones masivas y en implantar la industria del secuestro, de la piratería y del narcotráfico: todo ello muy respetuoso con los derechos humanos.
En este contexto, la actitud de Naciones Unidas es vergonzosa, pues apoya a París pero se niega incluso a dar cobertura logística a la operación francesa.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com