Entre los enemigos de Cristo se cuentan los malos y los tontos. Los tontos, verbigracia, el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero, todavía se guía por los criterios del más rancio anticlericalismo, propio de la II República y su ilusión máxima consiste en incendiar conventos, robar a los curas -como aquel genial salteador de caminos de El Bosque Animado- y fusilar curas, que era divertimento del Madrid republicano del pasado siglo.

Por lo general, a los comecuras tipo ZP les hace mucha ilusión todo aquello que fastidie al clero y a los meapilas, especialmente a los curas de "antes" que, como su misma cualificación indica, no existen "ahora". Empezando por el final, podemos decir que el anticlericalismo zapatista, el anticlericalismo tonto, quiere aniquilar a la Iglesia, como en el 36, mientras que los malos, los realmente peligrosos, el Nuevo Orden Mundial, que cunde en los organismos adheridos a eso que con tanta unción llamamos derecho internacional, a la nebulosa Naciones Unidas, al sistema financiero internacional, etc., no pretende aniquilar a la Iglesia, sino conquistarla.

ZP ha retrasado los funerales por las víctimas previstos en Madrid y Las Palmas de Gran Canaria por los muertos en el accidente de Barajas del pasado día 20 de agosto. También han intentado, con la inestimable ayuda del alcalde popular -y popular alcalde, lo digo con profundo dolor- de Madrid funerales multirreligiosos, que como las navajas multiusos pero de lo más multicultural. Por contra, en Francia Nicolás Sarkozy no tuvo el menor empacho en celebrar un funeral católico por los soldados galos muertos en Afganistán. A esto justamente me refiero: Sarkozy sabe que no puede renunciar al cristianismo porque estaría renunciando a la idea misma de Francia. Y no es que sea muy pío el amigo Nicolás: simplemente no es tonto. Si es necesario, envía a doña Carla Bruni a inaugurar templos con el Dalai Lama mientras El Elíseo le vende cuatro grupos nucleares a China. Y todo ello porque sabe que Francia es hija del catolicismo y que el hijo es el padre del hombre.

Sin embargo, el anticlericalismo zafio, el de los tontos, vende mucho en España, donde el progresismo consiste en blasfemias y chanzas sobre la liturgia, porque su ingenio no da para más.

Vamos con el otro banco anticlerical, el de los listos. En Estados Unidos, el Partido Demócrata forma parte ya del Nuevo Orden Mundial, cuyo enemigo principal es la Iglesia de Roma. Pero el NOM no pretende destruir al Vaticano, sino controlarlo, usurparlo, convertirlo en New Age, dentro de ese panteísmo gnóstico y ecoverde que ha abandonado a Cristo por Gaia, la madre tierra. Por eso, es un cura quien abre con una oración la convención del Partido Demócrata, por eso Barak Obama tuvo que rectificar sus declaraciones antirreligiosas o perdía las primarias frente a Hillary. Candidata ésta, por cierto, que figura, junto a su dilecto esposo, a la cabeza del feminismo abortista pero que se deja grabar en un templo baptista todos los domingos que le permite su apretado horario, ese que le impone su ambición política. Todo lo que puedo decir sobre el anticlericalismo listo, el de Clinton y Obama, se resume en esa ilustrativa asociación, rama del árbol NOM, llamada "Católicos por el derecho a decidir".

El comecuras listo es Barak Obama, el tonto es ZP. El comecuras listo sabe que la religión constituye una una fuerza demasiado poderosa para ser destruida: si lo intentas, siempre acaba destruyéndote a ti. Mejor ponerte al mando de la nave y virar el rumbo. La verdad es que tampoco funciona pero nadie ha dicho que los del NOM sean genios: sólo más listos que ZP. No olviden que cuando no eres capaz de distinguir entre el bien y el mal tampoco distingues entre la realidad y la ficción, y acabas por no distinguir lo bello de lo feo, hasta confundir lo hermoso con lo morboso.

Eulogio López

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