¿Por qué al Nuevo Orden Mundial (NOM) no le gusta la energía nuclear? Porque produciría una energía capaz de "alimentar" a muchas humanidades y el Nuevo Orden Mundial lo que quiere es reducir el número de seres humanos sobre el planeta.
Por eso, el candidato demócrata norteamericano, convertido en el candidato del NOM a la Casa Blanca, promete una inversión pública (¡en USA!) próxima a los 100.000 millones de euros en energías alternativas: etanol, eólica y solar, principalmente, pero sin citar la nuclear, la única que puede asegura una crecimiento económico indefinido y, por lo tanto, la energía más anti-maltusiana (además de luchar contra el calentamiento global). Y no olvidemos que, económica y sociológicamente, el NOM es, ante todo, maltusiano. Para el Nuevo Orden la manera de combatir el hambre en el mundo es terminar con los hambrientos -a ser posible antes de que nazcan, que es cuando no protestan- y su prioridad en política exterior –la misma que la de Barak Obama-, difundir entre los pobres la anticoncepción y el aborto para que dejen de tener hijos, que es que son como conejos.
Obama sabe que las energías alternativas nunca podrán saciar el hambre de energía que tiene el mundo pobre, para mantener su crecimiento económico y mejorar su nivel de vida. El caso del etanol es particularmente grave por cuanto, además, eleva el precio de los alimentos de primera necesidad que necesita el Tercer Mundo. Mientras, la plutocracia financiera se aprovecha de las subvenciones para energías renovables, convertidas en uno de los grandes negocios de la aristocracia financiera en todo Occidente (por ejemplo, en España la familia Entrecanales se ha forrado con las subvenciones públicas a molinillos y paneles solares).
También propone Obama un impuesto especial para las petroleras, aprovechando los rutilantes resultados de Exxon, la líder mundial. Una proposición probablemente lógica, pero demagógica. Buena prueba de ello es que Obama nunca osará atacar a sus verdaderos patrocinadores, que no son las grandes multinacionales, como piensa la izquierda clásica –que no tiene nada que ver con el NOM- sino los especuladores financieros. Como ya he dicho, el único muro que no quiere derribar Obama es el de Wall Street. Mejor que proponer un impuesto extra sobre los beneficios de la Exxon –que, insisto, de suyo, no me molesta mucho, dado que la Exxon, en tanto que multinacional enorme es mi adversario- sería mejor que propusiera una tasa Tobin sobre la especulación en los mercados financieros y de materias primas. Impuesto que no debe redundar en energías renovables, es decir, asfixiantes para el crecimiento económico y carísima para el conjunto de los ciudadanos, sino en ayuda al desarrollo: por ejemplo, a la agricultura del Tercer Mundo, cercenada por las subvenciones agrícolas norteamericanas y europeas.
Sí, no cabe duda: amante fiel del aborto, partidario de regar con dinero –dinero público, dinero de los demás- a los ricos de las renovables, al tiempo que estrangula el crecimiento económico de los más necesitados: maltusiano puro. Barak es nuestro hombre. Bueno, el hombre del Nuevo Orden Mundial, dicho NOM, para la Casa Blanca.
Eulogio López