Montilla lo desea tanto... Eso sí, Lara se niega a pagar el crédito sindicado que ahoga a Asensio Mosbah
Olviden las quinielas sobre nuevos directores de ABC: Zarzalejos ha sido ratificado por los consejeros de Vocento, por todos y cada uno. Ahora, los que tienen los días contados son Diego del Alcázar y Belarmino García. Federico engañará un año más aComo es sabido, José Manuel Lara tiene una filosofía a la que siempre ha sido fiel: la cuenta de resultados. Por eso, no se ha negado a los deseos del presidente de
En pocas palabras, ZETA tiene un crédito sindicado de 120 millones de euros, y se encuentra ahogado por falta de fondos. Planeta sólo acepta hacerse cargo de la deuda, siempre que se valore convenientemente el patrimonio comprado, dado que eso de entrar a través de una ampliación de capital y quedarse como minoritario no parece muy inteligente.
ZETA ofrece su fondos editoriales y sus plantas impresoras, pero lo cierto es que los fondos editoriales, en un mundo marcado por las novedades, exigen mucho dinero. También vende plantas impresoras, pero ese no es un negocio para José Manuel Lara Hernández, su padre, que le vendió sus imprentas, precisamente, a Antonio Pizarro Asensio.
Queda, eso sí, El Periódico de Barcelona y otros diarios regionales: ese es el objetivo de un Lara Bosch que nunca ha logrado hacerse con La Vanguardia.
Ahora, Asensio Mosbah, que quiere abandonar el sector editorial y convertirse en director de cine -el periodismo siempre le ha aburrido- está dispuesto al traspaso, pero hay que discutir los precios. Y no sólo Montilla anima a Lara para dar el paso: también lo hace José Sanclemente, el que fuera director general de ZETA, despedido, y ahora es el consejero delegado del gratuito de Planeta, ADN.
La opción de Mediapro, por el momento, no es más que una cortina de humo lanzada desde el Gobierno ZP.
La verdad es que a Planeta se le ha puesto a tiro ZETA, pero lo que realmente desearía Lara sería hacerse con Vocento (como con La Vanguardia), con o sin el ABC; aprovechando el río revuelto de las peleas internas entre los Ybarra, los Luca de Tena y los Bergareche. Por el momento, no va a ser posible.
Veamos: por segunda vez en seis meses, el director de ABC, José Antonio Zarzalejos, ha presentado la dimisión al Consejo. Está harto de que le ningunee y de que se hayan barajado ya media docena de nombres como posibles sucesores (José Alejandro Vara, Ramón Pérez Maura, Federico Jiménez, Ángel Expósito, José Antonio Vera, etc.), así como de que el consejero delegado del Grupo, Belarmino García, asegure que el director financiero, José Manuel Vargas, es el responsable de contenidos del Grupo.
Pues bien, esta vez el órdago le ha salido bien a Zarzalejos. Todos los vocales del Consejo, en privado y público, le han prestado su apoyo y le han ratificado en el cargo.
Sale de la crisis más fuerte que nunca. Es más, los Ybarra van pregonando por Bilbao que "antes teníamos un presidente que entendía un poco de esto y un director general que entendía algo menos. Ahora tenemos un presidente, un consejero delegado y un director general que no saben nada del negocio". Lo que está claro que es si las cosas siguen así, Vocento está llamado a la segregación, que el ABC vuelve a los Luca de Tena y que los Ybarra recuperen todo el control de la prensa regional y salga José María Bergareche. O eso, o venderle el grupo Vocento todo entero, a Planeta, que siempre ha dicho que está disponible para lo que sea menester.
También hay movida en Unidad Editorial, es decir, en El Mundo. Pedro José Ramírez no se conforma con Recoletos y continúa empeñado en convertir a Radio Marca (45 emisoras) en una cadena generalista, con Federico Jiménez y César Vidal como locutor estrella. A esos 45 postes emisores se unirían los que obtendrían las sociedades creadas por Jiménez y Alberto Recarte en unión con Ramírez para obtener concesiones de lo gobiernos autónomos. Por cierto, una curiosidad: en Madrid, el dúo Recarte-Jiménez posee el 55% de las títulos mientras Unidad Editorial se queda con el 45%, mientras que en el reto de las comunidades es al revés. A la postre, da lo mismo: no se trata de invertir mucho dinero, todo lo contrario, sino de obtener favores políticos.
Eso sí, Ramírez-Jiménez considera que no llegan a tiempo de tener su cadena de emisores en marcha para septiembre. Por eso, el locutor intenta que la COPE le renueve por un año más. Para eso, ya ha comenzado su campaña de dejarse querer, Recientemente negó que se fuera a marchar de la COPE ante Ana Rosa Quintana, quien, casualmente, le preguntó por "rumores" sobre una marcha inmediata del locutor. Así éste pudo negarlo todo con mucho entusiasmo, y el juego, una vez más ha comenzado: Mirad queridos curas, que si me voy se hunde el tinglado. El año pasado le salió bien, porque algunos obispados consideran que la COPE necesita a Federico, sin caer en la cuenta de que Jiménez necesita todavía más a la COPE. Este año, dado el control ideológico que el dúo Jiménez-Ramírez tiene de la cadena episcopal, habría que concluir lo mismo. La traición de Jiménez a la COPE continúa, por lo menos hasta que pueda situarse en un nuevo proyecto.
El movidón editorial se completa, claro está, con Prisa-Sogecable, porque las familias Polanco y Pérez González continúan con el agua al cuello por la Plataforma de la TV de pago Digital , que no han sabido rentabilizar a pesar de ser un monopolio. La solución que propone Ignacio Polanco es muy clara: vender y quedarse con el resto. El problema de que nadie lo quiere comprar y, en el entretanto, la deuda de Digital hipoteca a todo el entramado.
¿Y todo este lío va a modificar el cuarto poder en España? Ni de broma. Más allá del espejismo de los enfrentamientos entre El País y El Mundo, lo que reina entre los señores de la prensa es el pensamiento único: aquí no se defienden ideas, sino intereses, y la filosofía más profunda es la iniciativa de mercado, que ni tan siquiera consiste en la defensa de la propiedad privada, sino en la defensa de la empresa privada, especialmente, de la gran empresa privada.