El cardenal Arzobispo de Madrid lo tiene claro: "impartir Educación para la Ciudadanía es ir en contra del ideario católico de los centros". Un mensaje claro para la FERE y otros colegios religiosos que han decidido "adaptar" –y adoptar- la asignatura. Además, advierte que la carta dirigida por el secretario de Educación al secretario general de la FERE "no tiene validez jurídica", defiende la objeción de conciencia, sólo imposible "en los Estados totalitarios" y se pregunta qué hacen sus centros diocesanos todavía en la FERE

El conflicto está servido. Desde la Federación Española de Religiosos de la Enseñanza (FERE), se defiende la posibilidad de "adaptar", y adoptar- la polémica asignatura de Educación para la Ciudadanía (EpC) al ideario católico de los centros. Por el contrario, el cardenal Primado de España, arzobispo de Toledo, Mons. Cañizares señaló en unas jornadas organizadas por el CEU que eso significaba "colaborar con el mal".

 Ahora es el cardenal arzobispo de Madrid, monseñor Antonio Mª Rouco Varela quien en el transcurso de una reunión restringida, con profesionales cristianos, a cuyo contenido ha tenido acceso Hispanidad, advierte que "impartir EpC es ir en contra del ideario católico". En su opinión, de una lectura "no muy profunda" de los decretos, se observa una visión del hombre "contradictoria" con la cosmovisión cristiana. "No sé cómo se puede adaptar esta asignatura", sentencia. "Como mucho se puede evitar que vaya contra los principios y la moral cristiana, exactamente los que han elegido los padres que eligen un centro católico para sus hijos o escogen la asignatura de religión", sostiene.

Además, Mons. Rouco considera que la carta remitida por el secretario de Estado de Educación, Alejandro Triana, al secretario general de la FERE, P. Manuel de Castro, "carece de validez jurídica". En esa misiva, enarbolada por la Federación que agrupa a los colegios religiosos españoles como la solución definitiva al problema, Triana, temeroso de que el problema se le fuera de las manos, promete que los centros católicos podrán "adaptar" EpC.

Y es que, se pregunta Rouco, "¿qué valor jurídico-político tiene una carta? Ahora quizás valga, pero ¿quién garantiza que dentro de cinco meses no aparece un inspector y dice que no se está impartiendo éste o aquél contenido?", se pregunta el cardenal. Y tiene razón. Porque además, la carta en la que se refugia la FERE como paraguas para su ‘Guantánamo' educativo esta encabezada por un "Querido Manuel": ¿Es esto garantía suficiente? 

Así que Mons. Rouco avala sin paliativos el movimiento de objeción de conciencia. "Se dice que en una sociedad democrática no es posible la objeción de conciencia. Es al revés: en una sociedad totalitaria la objeción de conciencia es imposible". Así que concluye: "Negar la objeción de conciencia es propio de Estados totalitarios". Así de claro lo tiene el arzobispo de Madrid, quien justifica la objeción en el derecho a oponerse a normas que vayan en contra de los derechos humanos fundamentales. "Y en este caso, claramente van en contra del derecho de los padres a elegir la formación moral y religiosa que desean para sus hijos recogida en el art. 27.3 de la Constitución".

¿Cómo terminará esta batalla? Mons. Rouco no se moja y responde a la gallega: "Yo qué sé, este es un tema político…" Sin embargo, tiene claro que si la FERE se plantara "se acabaría el problema". Desde la FERE se argumenta, sin embargo, que son "democráticos" y deben acatar las leyes. Pero también se justifican en que si se apuntaran a lo que califican como ‘desobediencia civil', "nos quitarían, no el concierto, sino la capacidad de enseñar", como afirmara el padre De Castro, en la entrevista concedida al semanario Alba.   Y aquí llegamos al ‘quid' de la cuestión. "Nosotros abrimos 2.000 centros todos los días y pagamos 84.000 nóminas": ya nos vamos entendiendo. Sólo que la FERE debía saber –y lo sabe- que si sus centros amenazaran con retirarse de la enseñanza, quien tendría un problema sería el Gobierno, con cientos miles de niños des-escolarizados. Asumir la educación de todos ellos sería incurrir de manera inmediata en déficit público. O dicho de otra manera: la FERE tiene una capacidad de negociación absolutamente virgen. 

¿Por qué esta posición ambigua de los religiosos de la enseñanza? Según el cardenal Rouco (madre, más que padre, como manda la Iglesia), "yo creo que la FERE no se ha dado cuenta del peligro que entraña esta asignatura". Una frase suave –también utilizada por Mons. Cañizares- que esconde una severa crítica. Más: Mons. Rouco, ¿qué hacen sus centros diocesanos todavía dentro de la FERE? Respuesta: "Yo que sé". A Hispanidad le consta que, desde el Arzobispado de Madrid, hay movimientos de protesta e incluso algunos centros diocesanos han emprendido ya un proceso de desvinculación de la FERE.

En todo caso, volviendo al pronóstico episcopal sobre la solución, Mons. Rouco cree que "los derechos humanos" y la "defensa de la libertad" siempre terminan ganando. Un señor espaldarazo para el movimiento que promueve la objeción de conciencia frente a la EpC de Zapatero.

Tras estas afirmaciones del cardenal Rouco nadie puede llamarse a engaño. La FERE está obligada a cambiar de actitud y quienes defienden la libertad de enseñanza dar el paso hacia el cheque escolar, el único sistema que permite que la educación no esté en manos ni del Estado ni de los empresarios, sino de los padres, de eso que antes llamábamos el pueblo.