Sr Director:
En relación con el último artículo de Miriam Prat sobre las energías renovables, me permito contarle mi experiencia directa, que siempre está fuera de toda teórica frustrante.

 

Lo cierto es que después de la inversión inicial, el resto de la vida útil, en concreto en la fotovoltaica, es gratis.
Tomado como una inversión a largo plazo está claro que es más interesante que cualquier otro sistema que necesite combustible.
Tengo una instalación en casa aislada que se puso en funcionamiento en el año 1985 y que desde entonces ha proporcionado energía para el uso corriente de pequeños electrodomésticos, sin frigorífico, que es de gas.
¿Cuánto hemos ahorrado en estos 26 años de pago en el recibo de la electricidad? Aprox. 15.600 euros y la instalación en su día no supero el millón de pesetas (6.000 euros). Si sumáramos la bombona de gas, 6 al año supondría 2340 euros más, por lo que el ahorro es real.
Por otro lado, organizando la instalación de paneles fotovoltaicos y de calentamiento de agua, así como pequeños molinos de viento, en todos los tejados que lo permitan, se podría crear una red de pequeños productores, que abastecería a un núcleo, en muchos momentos favorables. Se reduciría la dependencia del resto de generadores no renovables.
En un calculo simple creo que Madrid podría ser servido con una o dos centrales de ciclo combinado próximas, a poner en funcionamiento en el momento necesario y funcionando a bajo nivel.
Lo de las subvenciones es una cortina de humo informativa para desviar la atención del debate fundamental.
¿Qué sociedad, energéticamente hablando, queremos? ¿Dependencia de los grandes productores, o casi independencia personal y responsabilidad en el consumo?
Por otro lado, Suiza ha tomado una decisión valiente e inteligente recientemente, al suprimir en el año 2017 la energía nuclear totalmente pasándose a la energía renovable. El país bulle con ideas y proyectos y la industria ha acometido numerosos proyectos de investigación e innovación reales, algo de lo que se nos llena la boca por aquí. Eso es visión de futuro y capacidad creativa, con retos.
Como periodista, formadora de opinión y con el prestigio de hispanidad.com, le ruego indague y estudie mas los entresijos de la producción de energía en España, con la cantidad de intereses cruzados y en muchos casos inconfesables, y vuelque esos datos en su prestigioso confidencial, que para mi es un referente en tantos temas, menos en este.
He dejado para el final un aspecto que pocas veces tenemos en cuenta para evaluar la producción de energía: el transporte. Supone más o menos unas perdidas del 30 % cuando se realiza desde lugares de producción lejanos.
Jesús Avió