Sr. Director:
Nos llega hoy a los ciudadanos la noticia de que el Consejo de Navarra ve "ilegal" un artículo del Decreto de Escolarización que alude a la oportunidad de dar algunos puntos a las familias con dos hijos cuando uno de ellos sea discapacitado, o cuando tengan tres o más hijos. Y parece que es "ilegal" primar la decisión de que puntúen los padres que sean antiguos alumnos del centro escolar.
Y yo lo que veo es que los hijos son de los padres y no del Consejo. Y lo que veo es que no se trata de que nos den puntos, ni comas, ni migajas varias, se trata de que no nos quiten nuestros derechos que son muy concretos e irrenunciables. ¿Quien debe decirnos a los padres cual es el colegio idóneo para nuestros infantes? ?¿El Gobierno de España?, ¿El Director general de Enseñanzas Escolares?¿El Consejero?...
Parece lógico que las familias quieran tener a los hermanos en el mismo centro escolar, que al fin y al cabo, es una prolongación del centro familiar. Parece sensato por tanto, que las familias con más hijos deben ser objeto de una atención especial y que las familias que fueron educadas en los centros escolares, y tienen buen recuerdo de los colegios a los que asistieron, quieran repetir llevando ahora a sus vástagos para que también ellos tengan buenos recuerdos.
¿Qué problema supone todo ésto? ¿A quién le molesta que a la hora de elegir colegio se haga en clave familiar, es decir primando la atención y los derechos y la libertad de los padres? ¿No son los padres los que permiten existir a los colegios gracias a que llevan a sus hijos a ellos?
Cada vez nos va quedando menos para elegir:
Se nos quieren imponer guarderías "educacionales" a pesar de que todos los expertos hacen hicapié en lo importante de la atención personalizada y familiar en los primeros años.
Se nos impone ahora el colegio según el borrador. el decreto, el dictamen, la puntuación, el baremo, la zona limítrofe, la patronal y la sinrazón...
Pero los padres no renunciamos porque no podemos y porque no queremos, los hijos son nuestros, nuestras son las decisiones que sobre ellos tomemos y tenemos además la obligación de recordarlo a nuestros gobernantes.
Seguimos demandando prestaciones directas a las familias con hijos para que podamos elegir en libertad y en igualdad sin que el tema económico, burocrático, o de otra índole nos coarte. De no ser así acabaremos educando a nuestros hijos en casa cómo y cuándo queramos, esa sí va a ser una buena Objeción de Conciencia, una buena enseñanza sobre ciudadanía, porque es nuestra responsabilidad darles una buena formación y lo demás espero de verdad que sean sólo puntos de encuentro.
Pilar Pérez
pilar.perez.rodriguez@gmail.com