Un veterano periodista, que ha trabajado a las órdenes de ambos definía así al tándem Luis María Ansón-Pedro J. Ramírez: "Se parecen mucho. Ambos venderían a su madre por una noticia, ambos son inteligentes y tienen un gran sentido periodístico. Ambos han sido los únicos capaces de sacar adelante dos diarios en un sector cerrado. Se parecen mucho, y sólo percibo una diferencia: Ansón es buena persona".
Ansón cede la Presidencia de la editora del periódico La Razón, propiedad del grupo Planeta, a Mauricio Casals. Aquí conviene no hacer mucho caso de los rumores interesados, es decir, los que propagan los enemigos de Ansón, que los tiene, en la propia Planeta y, sobre todo, en A-3 TV. Lo cierto es que Casals fue un hombre que Ansón se llevó con él al "verdadero ABC". No es un enemigo de Ansón, sino su sucesor. Y es curioso porque es una mezcla de gestor e ideólogo. En efecto, el adversario de Ansón, que no es otro que el consejero-delegado de Antena 3, Maurizio Carlotti (que siempre se ha sentido representante del grupo italiano De Agostini, no de Planeta), no influye en los informativos de la cadena. Quien influye es Casals.
Ahora bien, José Manuel Lara aún debe definirse como editor. O su ideología es el marketing (donde un ex comunista reconvertido al capitalismo más duro, como Carlotti, le secundará hasta el final), u opta por una línea menos ‘marketiniana' y más ideológica. Es decir, o se queda en el centro- reformismo de Carlotti o se sitúa enfrente de Prisa-Sogecable. Algo parecido a decir que Planeta debe optar de una vez entre un humanismo cristiano o una derecha capitalista.
A lo mejor es casual, pero no por ello menos representativo, que el mismo día en el que Ansón se convertía en presidente de honor, A-3 TV estrenara "El Castillo de las mentes prodigiosas", un formidable programa "new age" donde se entroniza la irracionalidad con la presencia de brujas, magos y demás patulea de chiflados... o algo peor. Desde luego, parece claro que el adversario del progresismo polanquil no puede ser la magia de unos personajes y mucho más patéticos que el, por comparación, casi inocente Harry Potter.
Por cierto, Mauricio Casals mantiene una espléndida relación con Mariano Rajoy.