Tras afirmar que el Gobierno ha leído con atención las sugerencias y recomendaciones del Consejo de Estado en relación al mal llamado matrimonio homosexual, la vicepresidenta del Ejecutivo, Mª Teresa Fernández de la Vega, afirma que se mantiene esencialmente el proyecto inicial de Gobierno, "salvo algunas modificaciones de carácter técnico". 

O sea, nada de diferenciar el matrimonio de la unión homosexual, nada de regular específicamente la adopción, nada de tener en cuenta la realidad cultural y social de España y Europa. Puenteo al informe y adelante con los faroles.  

De la Vega ha insistido en que cree que esta reforma viene a ampliar derechos, que la institución matrimonial no se ve amenazada o debilitada "sino todo lo contrario", porque, en su opinión, se amplía el número de personas que pueden disfrutar de los derechos del matrimoni "Esta es la grandeza de los derechos civiles, que no disminuyen cuando se extienden". ¿A que suena bonito? 

Además, la vicepresidenta considera que esto es una decisión sin paso atrás. "La historia nos enseña que cuando la instituciones se asientan, no suelen cambiar", aunque ha reconocido que otra mayoría parlamentaria podría cambiar la decisión del Gobierno ZP: "El Ejecutivo tiene la primera palabra, pero la última la tienen siempre los Parlamentos". 

En relación a las criticas recibidas por arte de la Iglesia sobre el anteproyecto hoy día 30 presentado, De la Vega ha señalado que respeta "mucho" las opiniones de la Iglesia, que pueden realizar declaraciones cuando consideren oportuno "en el ámbito de sus competencias", pero que se trata de ampliar derechos civiles a los ciudadanos. Una respuesta de libro que esconde la visión de "tenebrosos" que de los curas guarda la "vice" en el fondo de su armario.