En nuestra edición del viernes 24 hablábamos de un libro de sexto de primaria de SM (padres marianistas) que jugaba con el equívoco sobre el comienzo de la vida. Hoy tenemos otro ejemplo de sutileza políticamente correcta, asimismo perteneciente a otra editorial controlada por una orden religiosa: los maristas de Edelvives. Unos y otros, maristas y marianistas han experimentado la misma mutación: no querían ser curas ni frailes, por lo que decidieron elegir entre convertirse en curas obreros o en curas empresarios: optaron por lo segundo, aunque, eso sí, desde una visión progresista, y más que nada para aprovechar las sinergias de sus anteriores infraestructuras educativas y asistenciales.

Y así, en el texto de Lengua Castellana y Literatura, correspondiente a 3º de ESO (13-14 años), se les informa sobre las tres culturas: islámica, judía y cristiana. Hasta ahora habíamos pensado que esas tres denominaciones no eran culturas, sino religiones, pero la palabra religión no se emplea ni en los libros de texto de religión.

Pero a lo que estamos. Para explicar a los adolescentes la tolerante convivencia de los tres dogmas, -tan tolerante que la primera y la tercera anduvieron a palos durante 7 siglos- el autor nos indica que los cristianos, herederos de los visigodos, se sentían los dueños del territorio. Esta prepotencia cristiana frente a los honrados musulmanes, que humildemente habían conquistado Iberia, debería ser recogida por la Alianza de las Civilizaciones. Digámoslo de una vez. Para que la tal Alianza prospere, está claro que el Gobierno español debe apresurarse a pedir perdón por la Reconquista, un lamentable episodio protagonizado por unos cristianos que se sentían los dueños del territorio, los muy miserables.

Otrosí, esto demuestra que en democracia puede y debe permitirse cualquier profesión, quizás con una sola excepción: los curas-empresarios. Una Constitución que se precie debería acabar con tamaño libertinaje.

Y lo peor es que los colegios religiosos comprar los libros de SM y Edelvives porque, para ellos, es una garantía de ortodoxia. Perdonen la expresión castiza, pero se la están metiendo doblada.

Eulogio López