Tormenta perfecta. España, origen de la formación de la tal tormenta, parece ubicarse al margen de los desastres naturales. Incluso los que nos tocan nos tocan menos, si comparamos que en España la cosa terminó con un muerto mientras Francia ha sufrido más de 50.

¿Saco conclusiones demasiado rápidas de la ristra de catástrofes naturales? No, eso lo dejo para los obsesionados, pero el peligro de hoy no radica en los obsesos sino en  los apáticos. Sólo digo que la Madre de Cristo ha adquirido un protagonismo inusitado en esta momento de la historia y que España es la Tierra de María, la Maryland, como la bautizó Juan Pablo II. Al parecer, la corredentora no se olvida de los suyos, aunque la tengamos olvidada, aunque sólo sea por los méritos de nuestros ancestros, que le dedicaron una advocación en cada aldea del país.

Eulogio López

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