Sr. Director:
Se habla mucho de revisar la memoria histórica; con ánimo revanchista la mayoría de veces.Pero también puede hacerse con ánimo positivo para corresponder adecuadamente a las deudas que tenemos contraídas con nuestro pasado. Viene esto a cuento hace poco, revisando fotos viejas encontré una de los años 50, de cuando empecé a ir al colegio San Miguel de Torroella de Montgrí.
En mi memoria se agolparon muchos buenos recuerdos de cuando fui alumno, y de cuando fui padre de cinco hijos que estudiaron en el mismo colegio. ¡Cuánto les debo a los buenos hermanos gabrielistas! Gracias a ellos, desde que se instalaron en 1904, mi pueblo ha gozado de un excelente centro educativo que ha contribuido a la formación de miles de sus hijos.
Una formación basada en un sentido cristiano de la vida y en una excelente pedagogía, en la que la educación en la libertad ha ido siempre acompañada de la necesaria autoridad y sobre todo del cariño de los profesores por sus alumnos.
Algunos de los que comenzaron el colegio murieron como mártires por su fe en Barcelona durante la guerra civil.
Nunca escuché de sus hermanos una palabra de queja, reproche ni afán de revancha contra los que les asesinaron. Esto también forma parte de la memoria histórica.
Lluís Esquena Romaguera
llusquena@yahoo.es