"La paz es fruto de la verdad y de la justicia, de la capacidad de reconocer y reparar el mal causado, de la humildad y el coraje de pedir perdón, y de la magnanimidad y anchura de corazón para otorgarlo y acogerlo", añade el prelado

 

Las reacciones se suceden al comunicado de ETA. Desde Bilbao, el obispo, Mario Iceta, ha colgado en la web del obispado un mensaje en el que califica el anuncio como "un paso muy positivo", aunque añadía: "Todos esperamos la desaparición definitiva de ETA, que anhelamos llegue cuanto antes".

Por supuesto, se acordaba de las víctimas: "En estos momentos es preciso recordar y reconocer a las víctimas y a sus familiares, guardar su memoria y acompañarles con nuestro afecto, ofreciéndoles toda la ayuda necesaria. La libertad, que ha estado constreñida y sustraída por la amenaza y el ejercicio de la violencia, gana espacio en nuestra sociedad".

Asimismo, el prelado exponía que "el camino de la verdadera reconciliación, tarea prioritaria de la Iglesia para este tiempo, va mucho más allá del cese de toda violencia", para lo cual, recordaba: "La paz es fruto de la verdad y de la justicia, de la capacidad de reconocer y reparar el mal causado, de la humildad y el coraje de pedir perdón, y de la magnanimidad y anchura de corazón para otorgarlo y acogerlo".

Y concluía el obispo de Bilbao: "En este largo recorrido, la comunidad cristiana quiere hacerse compañera de camino para sanar heridas personales y sociales, derribar los muros que separan y construir una sociedad justa y reconciliada, en libertad y en paz".

Ojalá, como dice Iceta, se sanen esas heridas y gane la paz, pero, como decía Juan Pablo II: "No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón".

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com