Lleva demasiado tiempo presidiendo el Gobierno de Aragón y quiere volar más alto. El socialista Marcelino Iglesias quiere ser ministro, y manifiesta que su nombramiento debió producirse con la llegada del PSOE a La Moncloa.
Otro que también ha levantado la mano para ser ministro es el alcalde socialista de Barcelona, Joan Clos, pero el desastre del Carmel a lo mejor le obliga a aparcar su ambición. Lo que está claro es que son muchos los socialistas que están convencidos de que existen muchos ministros quemados y de que las reformas constitucionales previstas constituyen un buen momento para realizar una crisis de Gobierno sin que lo parezca.