Me ha gustado la definición que Ignacio González (en la imagen), presidente de la Comunidad madrileña, ha hecho de la capital de España: un lugar donde nadie te pregunta de dónde vienes.

Madrid no es perfecto. Como toda ciudad grande, como todo lo grande, es una ciudad inhumana, y cara, donde la gente vive pendiente del reloj y del bolsillo. Además, con la crisis se ha hecho más pobre y más violenta.

Aun así, con todas las campañas interesadas (ahora, la del futbolista Alves, el maleducado que llama a la buena educación en los estadios) hasta los habitantes de Madrid -muy pocos madrileños, salvo la última generación- nos hemos creído que somos racistas. Y no es verdad. Madrid sigue siendo una de las ciudades más abiertas de España y una de las macrourbes más acogedoras del mundo. Ya está bien de flagelarnos y de la falsa humildad de la autocrítica.

Por una sola vez y  sin que sirva de precedente, un político, en este caso, González, anda cargado de razón. Yo también soy emigrante en Madrid y jamás me han preguntado de dónde vengo. Salvo por curiosidad.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com