Ahora que comienza el curso escolar me ha venido la idea de hablar de lo que pienso sobre el mismo. Hay muchas opiniones sobre la conveniencia o no de imponer uniformes escolares.
Aunque parece que actualmente hay cierta tendencia de volver a ellos. La Junta de Andalucía se ha pronunciado también sobre este tema diciendo que sería conveniente que cada centro, de común acuerdo con los padres decidiera poner uniformes.
Y, es que desde todos los puntos de vista que lo mires resulta positivo. Con ello se evita que muchos niños y niñas compitan a ver que modelos y marcas van a lucir a diario, pues a menudo, surgen peleas por el tipo de ropa que llevan puesta alguno de ellos. Como hay de todo, algunos niños son crueles en este sentido y suelen burlarse de aquellos que no llevan ropa de moda. Hay que tener en cuenta que en estos tiempos de crisis hay muchos padres que no se pueden permitir comprarles ropa de marcas.
Al ir todos iguales este conflicto se evitaría y además los padres lo agradecerían a la hora del presupuesto, no es lo mismo comprar una falda o pantalón, una blusa, polo o jerseys y un sólo modelo de zapato a tener que cambiar cada día de modelito y todo conjuntado como los niños de hoy se están acostumbrando. También se evitarían muchas distracciones en los alumnos en cuánto al estudio, ya que muchos pasan más tiempo pensando en la ropa que van a llevar que en aprender.
El uniforme sería muy conveniente porque con ello se ayudaría a la disciplina escolar. Una disciplina que muchos niños de hoy carecen. Hasta para el/la profesor/a le sería más fácil acostumbrarlos a que acaten ciertas reglas determinadas.
Yo que he utilizado uniforme reconozco que me ha hecho mucho bien, ahora que ya soy mayor tengo muy claro la ropa que tengo que ponerme en cada ocasión.
En definitiva; el uniforme es económico y disciplinario, y se acostumbra al niño desde pequeño a cumplir unas normas que luego repercute en otros comportamientos también.
Ana Carmen Trujillano
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