Poco a poco, el Gobierno va deshojando la margarita. Zapatero, amante de los círculos cuadrados busca un mecanismo que permita abaratar el despido sin mermar los derechos de los trabajadores. Lo que llama la atención es que el Gobierno haya esperado dos meses para presentar su propuesta después de que presentara un guión de temas para el debate. Da la sensación de que ni hay urgencia ni dedicación.
Pues bien, la propuesta del Gobierno de ahora consiste en un modelo alemán en el que los sindicatos parecían estar de acuerdo. El 'modelo alemán' consiste en la posibilidad de que una empresa en dificultades recorte el horario de la plantilla, sin que los trabajadores sufran merma de remuneración. Paga el Estado. Como los EREs temporales pero pagando el Estado. Los sindicatos aplauden.
El 'modelo austríaco' consiste en que los empresarios abonan un 1,5% del salario añadido en una especie de salario agregado personalizado para cada trabajador. Cuando el trabajador se cambia de empresa, se lleva su derecho de despido con él. De esta manera no se coloca el contador a cero, en palabras de MAFO. Los sindicatos también aplauden. Al menos ya han señalado que les parece interesante. Lo que les parece a los empresarios no lo sabemos, pero suponemos que no están especialmente satisfechos de elevar el coste salarial ahora que acaban de lograr pactar una moderación de salarios.
¿Qué es entonces lo que tanto molesta a los sindicatos? La universalización de la indemnización de 33 días. Era el modelo pactado en 1997. Es la contrapartida. Pero los sindicatos no están de acuerdo. Conservadurismo en estado puro. Dicen que se está precarizando el empleo, etc. Así que el tema está absolutamente frenado. Dos años después de iniciarse las conversaciones, seguimos con prórrogas. Como si no tuviéramos prisa.