Sr. Director:
Cardenal Martino : No podemos callar
Con fecha 20 de febrero, el Cardenal Renato Martino, Presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, hacía llegar a Mons Baseotto una carta de apoyo que, entre otras cosas dice: Todos los miembros de la Iglesia, particularmente nosotros que como pastores debemos cuidar de los fieles que el Gran Pastor nos encomendó, no podemos callar ante las absurdas apologías que pretenden defender lo indefendible, expresándole su comunión eclesial ante sus valientes y contundentes palabras de crítica al ministro Ginés González García.
Continúa diciendo el Cardenal Martin El aborto provocado es y será siempre un delito abominable y constituye siempre un desorden moral particularmente grave; lejos de ser un derecho, es más bien un triste fenómeno que contribuye gravemente a la difusión de una mentalidad contra la vida, amenazando peligrosamente la convivencia social justa y democrática
Las campañas que promocionan el uso del preservativo, como bien lo denuncia vuestra excelencia, se hacen más por amor al dinero que por amor al hombre.
Por el bien del hombre no podemos callar cuando personas o instituciones, de manera hipócrita y absurda, hacen sendos discursos auto proclamándose defensores de los derechos humanos por un lado, y por el otro promocionan el aborto, propiciando la violación del derecho a la vida que es principio y condición para el ejercicio de todos los demás derechos.
No nos harán claudicar
El 1 de marzo, el obispo de Quilmes, monseñor Luis Stöckler pidió la renuncia de González García y respaldó a Mons. Baseotto recordando el texto del Eclesiastés: "Hay un tiempo para callar y un tiempo para hablar. El necio se cruza de brazos y se devora a sí mismo".
Monseñor Stöckler, dijo que "si el ministro de Salud no representa la opinión del Gobierno en una materia de tanta gravedad como es la vida, garantizada por la misma Constitución de la Nación, sería congruente que ponga su cargo a disposición, o que el Presidente se lo requiera".
El obispo de Quilmes señaló que las manifestaciones del ministro de Salud y la actuación del Ministro de Relaciones Exteriores que pidió a la Santa Sede la remoción de Mons. Baseotto, lo motivaron "para expresar mi indignación por la incoherencia del Gobierno respecto de la defensa de la vida".
También en clara sintonía con los dichos de Mons. Baseotto, el 3 de marzo se conocía una declaración de los Obispos de la región de Cuyo, no nos harán claudicar en la defensa de la vida", afirma el documento firmado por José María Arancibia, Arzobispo de Mendoza; Alfonso Delgado, Arzobispo de San Juan; Fabriciano Sigampa, Obispo de La Rioja; Jorge Lona, Obispo de San Luis; Eduardo María Taussig, Obispo de San Rafael.
En el mismo sentido, los obispos de la Región Pastoral del Litoral, el 8 de marzo, reiteraron su "inclaudicable compromiso en favor de la vida, desde el primer instante de su concepción hasta su fin natural", y recordaron que "nada ni nadie puede impedir la justa defensa de la vida cuando es amenazada. Los firmantes de este comunicado son: Eduardo Mirás, Arzobispo de Rosario; José María Arancedo, Arzobispo de Santa Fe; Mario Maulión, Arzobispo de Paraná; Moisés Blanchoud, Arzobispo emérito de Salta; Estanislao Karlic, Arzobispo emérito de Paraná; Héctor Cardelli, Obispo de San Nicolás de los Arroyos; Luis Eichhorn, Obispo de Gualeguaychú; Luis Collazuol, Obispo de Concordia; Carlos Franzini, Obispo de Rafaela; Gustavo Help, Obispo de Venado Tuerto; y Sergio Fenoy, Obispo auxiliar de Rosario.
El 12 de marzo, Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, insistía en su espacio televisivo de los sábados: Periódicamente reaparece en la Argentina el tema de la despenalización del aborto. Hace tiempo que circulan en el Congreso Nacional proyectos legislativos al respecto, entre los miembros de la Corte Suprema de Justicia algunos miembros se manifestaron partidarios de esta medida, en otros casos se ha dicho que el tema del aborto debería resolverse por consenso o se alude al posible derecho a no nacer en otros casos.
En el Senado, actualmente, está por resolverse la ratificación del Protocolo Facultativo de la Convención para la Eliminación de toda Discriminación para la Mujer. Un Protocolo si es facultativo podría muy bien no ratificarse como ha sucedido en muchos países, porque dispone que haya un Comité Internacional que debe inmiscuirse en situaciones internas de los países procurando que los derechos de la mujer deben respetarse. Entre esos derechos se traduce la ideología que reina en las Naciones Unidas y en algunas instituciones allegadas donde se postula también el derecho a abortar. (...) El Sr. Ministro de Salud de la Nación ha manifestado su opinión favorable a una despenalización del aborto. Y digo que esto es muy curioso porque el Gobierno Nacional había manifestado con claridad su oposición a una medida semejante (...) Aquí se juega algo fundamental no solamente para los que tienen fe católica sino para los argentinos, para todos los argentinos de bien. (...) Si cae este derecho fundamental a la vida, sobre todo revindicado para los más inocentes, para los más indefensos, entonces ningún derecho humano puede sustentarse.
El mismo día, el Cardenal Jorge Bergoglio, Arzobispo de Buenos Aires, aludía a la situación planteada denunciando el espectáculo sombrío de la omnipotencia manipuladora de los medios, del paso prepotente e irrespetuoso de quienes como gurúes del pensamiento único, aun desde los despachos oficiales, nos quieren hacer claudicar en la defensa de la dignidad de la persona, contagiándonos una incapacidad de amar.
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