El Gobierno español defiende con su silencio a la dictadura china

Ni uno solo de los 127 atletas que han firmado la carta a Hu Jintao, presidente de China, es español. La carta pedía el cese de la represión en Tibet, así como la libertad de expresión, opinión y religión en el país. Se desconoce la respuesta del régimen chino, pero, el régimen del COI ha preferido restar importancia a la iniciativa.

El mayor sueño de un deportista es ganar unos juegos olímpicos. Así que la amenaza de volver a casa si se habla en contra de la dictadura anfitriona ha sido suficiente: nadie sacrifica la posibilidad de obtener una medalla por la libertad del prójimo. En lugar de llevar libertad a China, Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español, ha trasladado la censura del país asiático a la delegación española.

China da mucho miedo. Sólo George Bush ha osado hablar en suelo chino de la represión existente en el gigante asiático. Sarkozy ha lanzado sus críticas antes de aterrizar en China. Y nuestro ZP sencillamente se mantiene en silencio desde su retiro veraniego. La vicepresidenta ha hablado desde su Ruta Quetzal de respeto, pero de respeto al silencio: "La familia olímpica tiene sus propias normas que hay que respetar", afirmó De la Vega.