Sr. Director:
No es que sea nuevo, ya ocurría en la antigüedad; y en los espectáculos romanos había figuras, que se hicieron de oro y simplemente por ganar carreras o matar seres humanos en las arenas. El gladiador famoso, el auriga que dirigía la cuadriga o carro de carreras, eran el no va más para la chusma y la plebe romana; y bastantes de ellos se hicieron inmensamente ricos; eran perseguidos por las hembras romanas y adorados por esas masas plebeyas o incluso familias patricias, a las que enardecían y que les pagaban en conjunto esas fortunas, que ganaban. Y lo sabemos por cuanto, historiadores minuciosos, nos dejaron escritos estos eventos precisamente por lo escandaloso o sorprendente de los mismos. O sea más o menos lo que hoy ocurre con otro tipo de figuras, en otro tipo de espectáculos de masas. se sigue pagando más por lo que apenas vale o significa nada, para el verdadero avance del ser humano.
Lo que no había entonces es otro tipo de negocio para masas aburridas; pero es claro que entonces ni había radio, ni televisión, ni imprenta y menos revistas de la entrepierna y el entreculo, que las denomino yo; puesto que de lo que se ocupan no es precisamente de la víscera cardiaca, como se dice por disimular (pienso).
Leo unas declaraciones muy preocupantes, que hace un médico de familia español y que dice textualmente: Fui buen estudiante en el colegio e hice la carrera becado. Tras varios intentos, superé el examen MIR y me formé durante tres años como especialista familiar y Comunitaria. Después de 13 años de duro trabajo, con miles de horas de consulta e interminables turnos de guardia y los que me quedan, compruebo con asombro que en mi cuenta corriente hay, aproximadamente, la misma cantidad que ha cobrado Mayte Zaldívar en tres apariciones en programas televisivos del corazón contando desvergüenzas y mangancias varias. ¿Qué clase de sociedad patéticamente enferma estamos creando?. Sigue diciendo verdades como montañas, pero dejo al lector las imagine, poniendo todo el caletre que posea, pues por mucho que imagine, la realidad es bastante peor y por tanto muy preocupante.
Puesto que hay que añadir, que la tal Mayte es una de tantas famosas de ocasión; y la tal es o fue mujer de otro famoso, que incluso dentro de la cárcel, es perseguido por una deplorable fama, más digna de vergüenza que de otra cosa, puesto que el tal (Julián Muñoz, de nombre) ha sido alcalde de la muy podrida y corrupta alcaldía de Marbella y donde, se dice; han robado, malversado, vendido, hasta las alcayatas de los tablones de anuncios oficiales. La propia famosa citada; ha dicho que su marido le llevaba grandes bolsas de basura, llenas de billetes grandes, que se supone guardaban o enviaban al cercano nido de buitres cual es la cuasi independiente roca de Gibraltar; puesto que todos estos indeseables no son tontos y seguro que tienen capitales enormes fuera del control de la fiscalidad española. O sea que pasados los sustos primeros, las diligencias y demás cosas, por denominarlo de alguna manera estos grandes delincuentes, salen a la calle antes de lo que uno piensa; y luego los ves vivir como príncipes y codeándose con lo que se dice es la crema; no de zapatos precisamente sino otro tipo de crema más olorosa o pestilente.
Bueno, pues lo que indico de dos tristes figuras que llegan a la fama de los idiotas; podemos multiplicarlo por ni se sabe cuantos y sólo, sin salir de mi Andalucía; cuanto más si avanzamos por la corrompida España y seguimos examinando el corrompido mundo. Aumentemos a estos, los otros famosos que ganan fortunas enormes, dando patadas o lanzando pelotas de diferentes formas; prestando sus físicos para que masas de tontos, compren miles de absurdos fetiches, etcétera, etcétera, etcétera puedo seguir etcetereando pero lo dejo sólo con tres.
Es lógico la nefasta reacción en cadena que se produce; primero en los padres de las criaturas, luego en las criaturas, también en los adultos con pocos escrúpulos y ansias de ser famosos; y lo que ocurre después, para que contarlo; cualquiera no muy tonto, lo puede ver y analizar perfectamente ¿trabajar en un oficio, dedicar días y años a estudios, o perfeccionar profesiones útiles a la sociedad; ser austeros, honrados, fieles a los verdaderos valores sociales y humanos?... ¿para qué?... si como estamos viendo, hasta los delincuentes famosos son admirados por las masas; y las leyes que existen para producir escarmientos (se supone que para ello se hacen las leyes) se las pasan por los bemoles, gracias al dinero robado y a los servicios de buenos y duchos abogados, que saben incluso mucho más que los jueces y magistrados aunque en algunos casos, también y cómo débiles criaturas, caen en la tentación y se pringan cuando esto escribo en estos días anteriores, están juzgando en Málaga; a un juez o magistrado; a un abogado y a un traficante de drogas, que según ha difundido la prensa, llegaron a formar un trío o entramado de intereses fuera de la ley ya veremos que ocurre al final de este triste e interesante proceso y si al final, resulta una vez más, que las vacas y los burros vuelan y nos lo hacen creer.
Antonio García Fuentes
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