- Este catedrático de la UNED fue propuesto por el SEPLA y se le considera próximo a Jaime Montalvo.
- Es el hombre clave en el seguimiento del laudo, pues participan dos miembros del SEPLA Iberia y dos de la aerolínea.
- Mientras, Iberia insiste en que es preciso negociar con los pilotos reducción de salarios y de personal.
- Los sindicatos de tierra dispuestos a hablar, los pilotos no responden.
La historia es ésta: el primer laudo de Jaime Montalvo, impuesto por el Ministerio de Fomento para solucionar el conflicto entre la dirección de Iberia y sus pilotos del SEPLA, acabó en tablas. Montalvo favoreció descaradamente a los pilotos pero tras el recurso de Iberia ante la Audiencia, ésta decretó que el laudo era nulo. Luego vino el segundo laudo, con un árbitro ya recusado por la compañía, que vuelve a insistir en el bloqueo de la filial Iberia Express, y que paraliza todo el plan de reducción de costes de los muy bien pagados pilotos del SEPLA. Ahora bien, una vez dictado el primer laudo, se ha creado una comisión de seguimiento para interpretar los posibles conflictos derivados del mismo.
Esa comisión estaba compuesta por cinco miembros: dos representantes de Iberia, dos de los pilotos y el hombre clave, un independiente, con voto decisivo. Casualmente, este independiente, a propuesta del SEPLA, resultó ser el catedrático de la UNED, Miguel Gómez Jene. Algo debieron sospechar en Iberia cuando para tan ligera función los pilotos propusieron un salario mensual de 5.000 euros para tan independiente comisionado. Además se le considera próximo a Jaime Montalvo. A estas alturas, tan enemigo declarado de la aerolínea.
Y en este juego de pícaros, la ministra Ana Pastor (en la imagen) se empeña en un segundo laudo, donde Montalvo no solo se ratifica en las tesis del primero, sino que insiste en bloquear a Iberia Express, además de dictaminar cuánto tienen que cobrar los pilotos.
Por otra parte, Iberia ha vuelto a llamar a los pilotos a la negociación pero el SEPLA se niega a reducir salario y plantilla, negociación que han aceptado los sindicatos de tierra, que cobran mucho menos.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com