Se divulgó una campaña publicitaria bajo el eslogan Todo tiene un precio que busca concienciar a la sociedad sobre la presencia de los estupefacientes como un producto que lleva al despilfarro.

La idea creativa de la acción descansa sobre la aseveración: Lo más peligroso de las drogas es olvidarnos de lo que realmente son.

España es el primer terruño del orbe en el derroche de cocaína. Ha prevalecido a los Estados Unidos y cuadruplicado la media occidental, según la ONU, siendo la población compradora la que está comprendida entre los 15 y 64 años. La droga se trajina en un entorno marginal de indigencia y malaventura. Son más de mil chamizos en los que residen otros tantos clanes que vegetan en situaciones quebradizas.

Una humanidad abandonada es la que brota en sus ajados moradores, que renunciaron a la lucha por su acomodo. Con el estigma que provoca la droga, la fijeza hueca, y apenas sin mantenerse firmes, se mueven amasando jeringuillas usadas.

Las ganancias del trajín de las drogas han conseguido unos 500.000 euros cada año, provenientes de los más de tres mil drogadictos que han aparecido en los 70 asentamientos de transacción.

Con estas acciones de sensibilización social se está luchando por la vida que es sagrada y que, nadie ni nada, debe atentar contra ella. La droga es la muerte, la inmolación de millones de seres ingenuos e inocentes, en aras de uno de los más sucios y terribles negocios que ha conocido la humanidad.

La lucha contra la droga; con una educación adecuada, con una menor permisividad, con un mayor respeto a la persona, con el ofrecimiento a la juventud de una perspectiva vital.

Clemente Ferrer Roselló

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