El Viva Cartagena en que se ha convertido el estado autonómico español ha degenerado en una agresiva competencia fiscal entre las CCAA. El comisario europeo de Fiscalidad, László Kovács, observa el fenómeno con prudencia. Es muy delicado. Kovács señala que la Comisión no se opone a la descentralización fiscal entre las CCAA, pero establece tres criterios de difícil cumplimiento :

1. No distorsión del mercado interno, que claramente se produce desde el momento en que los particulares modifican su lugar de residencia para evitar el Impuesto de Sucesiones o que empresas limítrofes al País Vasco se hayan euskaldunizado buscando un Impuesto de Sociedades más benigno.

2. Respeto a la legislación comunitaria. Conviene recordar que la UE ha sancionado las denominadas vacaciones fiscales del País Vasco por entender que se trata de ayudas implícitas del Estado.

3. No lesionar los intereses de los estados miembros.

Así que el comisario Kovács seguramente ha tratado este asunto con el vicepresidente Solbes tratando de conciliar los supuestos intereses de España con la legislación comunitaria. Pero, emocionado, la verdad es que no se ha visto a Kovács con esta descentralización autonómica.