Nunca había estado tan animado, ni tan político, el salón inmobiliario de Valencia, Urbe Desarrollo. Y no por el precio del metro cuadrado o la sobreexplotación de la costa, sino por lo que Zapatero llamaría política territorial. En otras palabras, los promotores inmobiliarios catalanes se quejan del anticatalanismo levantino, y acusan a la Generalitat Valenciana y a los Ayuntamientos de la región de detener sus promociones. Por ejemplo, hay mucho promotor catalán en la zona de Oropesa que ha puesto en venta sus proyectos o que busca una joint-venture con valencianos.

Y el temor se extiende a Madrid. También es catalana Restaura, la gran empresa de restauración de edificios que ha puesto muchos euros en la capital y que teme una reacción política anticatalana. Temor vano : En Valencia están muy escondidos, en Madrid ni se fijan en la procedencia del inversor.