¡Que no! Que por mucho que se empeñe la derecha ni la inflación ni la balanza de pagos constituyen los principales problemas de la economía española. Y si los chicos de Mariano Rajoy continúan golpeando donde no deben y denunciando lo que no existe se encontrarán con la encuesta electoral del domingo : seis puntos se diferencian en intención de voto entre los dos grandes partidos alrededor del PSOE, se entiende. Y mira que Zapatero, aprendiz de brujo, ha promulgado barbaridades y cometido estupideces, por ejemplo en materia social me encanta este neologismo semántico-, en política exterior, etc. Pero no : la gestión económica del Ejecutivo no es mala. Además ¿no habíamos quedado en que el crecimiento y la ortodoxia fiscal el famoso déficit- eran los dos primeros mandamientos de la política económica? Pues en ambos este Ejecutivo de descerebrados, al menos en otros apartados, merece un notable alto.
Los principales problemas de la economía española son los bajos salarios de los trabajadores jóvenes y el alto precio de la vivienda. Luego vendría el problema del agua, y por último el de los altos impuestos que soporta la ciudadanía. Lo de la inflación y la balanza de pagos no son más que recursos desesperados del Partido popular para intentar encontrar fallos en unos Presupuestos Generales del Estado para 2006 cuyo problema no es el aumento del gasto público, sino el de las tasas e impuestos que financian ese gasto.
Y si el Partido Popular quiere golpear, no la política, sino la gestión económica del PSOE, entonces debe referirse a su desastrosa política industrial, que nos está dejando sin empresas estratégicas en sectores clave, entre otras cosas para la innovación. España está sufriendo una deslocalización rampante sin haber llegado antes a la localización integrada. Por decirlo de otra forma, lo peor que ha hecho el equipo económico de Zapatero es, precisamente, algo que le ha sido aplaudido (con la connivencia de los sindicatos, vendidos al zapaterismo, todo hay que decirlo) es el caso Astilleros: con tal de denunciar los errores del aznarismo, nos hemos automutilado, renunciando a una empresa cuya carga de trabajo hemos cedido al exterior mientras renunciábamos a una serie de subvenciones que practican todos los países de la Unión y en mayor medida. El caso Astilleros es paradigmático de la política cainita de Zapatero : con tal de fastidiar al sastre que nos cae antipático, el PP, nos cortamos un brazo.
Ahora bien, en líneas generales, la política económica del PSOE, y en concreto los actuales Presupuestos, son poco criticables. Es cierto que apuntan a los defectos habituales del PSOE, que más que socialdemócrata es ya socialcapitalista: presión fiscal en constante aumento, derroche demagógico y protección de los trabajadores ya instados en contra de los que buscan su primer empleo, así como subvenciones públicas para las minorías gritonas, especialmente si están apoyados por algún partido nacionalita, en lugar de trabajar para la mayoría, pero los resultados por el momento son buenos: España crece más deprisa que Europa, el déficit está controlado y la afiliación a la Seguridad Social (a pesar del peso de los inmigrantes, un aspecto positivo para nuestras economía, pero que cobran poco, por lo que cotizan poco) continua en aumento. Si criticas los éxitos del contrario corres el riesgo de toparte con el vacío. Todo un bumerán.
Eulogio López