4.200 soldados etíopes se encargarán de supervisar el retiro de militares de la zona fronteriza.
En medio de continuos conflictos y muertos, Sudán del Sur avanza hacia la fecha marcada para la declaración de independencia. El 9 de julio es el día marcado, pero hasta esa fecha, Sudán del Norte quiere seguir marcando cuáles serán las futuras fronteras. Por eso, las milicias del norte (musulmanas) siguen atacando a ciudades del sur (mayoritariamente cristianas) con la intención de marcar unas fronteras de hecho y que curiosamente dejarían las zonas más ricas en petróleo en manos de Sudán del Norte.
Pero no sólo el petróleo interesa a Sudán del Norte, sino que de hecho se está produciendo una aniquilación de tipo étnico y religioso, con continuas matanzas. La región de Abyei es ahora el centro de la ofensiva, ya que es una zona que pretende llevar a cabo un referéndum para separarse del norte del país, pero el régimen de Jartum lo pretende evitar por cualquier medio. En las últimas semanas, 30.000 personas han abandonado la zona. Todas ellas pertenecen a la etnia identificada con Sudán del Sur. Con estas serían ya cerca de 500.000 personas las que habrían sido desplazadas por los enfrentamientos.
Ante esta situación, la OTAN ha enviado 4.200 soldados etíopes que se encargarán de supervisar el retiro de las partes en conflicto, nada parecido a la actitud tomada en Libia, donde los bombardeos para frenar la muerte de civiles libios no han cesado en los últimos meses.
Andrés Velázquez
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