Sr. Director:
Sé que usted es (o era) afiliado de FyV. Por ello, su defensa en aquel momento de todos los partidos que a su juicio defendían esos principios no negociables, le honra.

Igualmente, siendo afiliado de FyV, la promoción indirecta que está haciendo de AES para estas europeas le honra si cabe más, pues está haciendo lo que pocos medios de comunicación hacen: informar honestamente, informar de la actividad de AES, de los apoyos que está recibiendo (caso de los tories) y de sus opciones reales de alcanzar representación (para los principios no negociables) en un Parlamento, esta vez en Estrasburgo, y haciendo suyas (en nombre de los principios no negociables) las victorias de AES.

Ahora, yo quisiera hacer una reflexión sobre FyV: considero que es una magnífica idea, pero poco práctica, y veo más futuro a AES. El problema de AES es que se define, el de FyV que no se define. Son dos formas honestas de huir de la demagogia imperante en política: limitando el campo de actuación, o aclarando los principios que nos moverán en todos los campos.

Los partidos parlamentarios van bailando de acá para allá conforme las conveniencias, alianzas y modas. Pero entre las dos estrategias, para bien o para mal, a mi juicio, hay que optar por definirse. Si no, ¿qué pretende FyV, sólo ser un movimiento pro-vida más, o alcanzar representación parlamentaria? Si es lo segundo, qué harán sus representantes cuando tengan que votar innumerables propuestas de ley en los parlamentos, sobre temas como la unidad de España o la financiación autonómica?

¿Abstenerse repetidamente o, votando en uno u otro sentido traicionar a parte de su militancia y de sus votantes? Vale la pena ser un poco más valientes y definirse, como ha hecho AES, con principios que siguen estando de acuerdo con los no-negociables, pues a la postre hablan del bien común, y defendiendo un bien moral como la unidad e identidad de España, identidad basada en su alma cristiana.

No es un ejercicio de extrema-derecha o de beatería, como calumnian algunos, sino de coherencia intelectual y moral. Es más, es una bocanada de aire fresco en medio del imperio de lo políticamente correcto (no importa la moralidad, pues ahí ya no hablan de lo correcto o incorrecto, del bien o el mal, sino que todo se convierte en relativo... ¡qué hipocresía!).

Creo que si FyV hace esta reflexión y da este paso, podría sumar fuerzas con AES y reforzar un proyecto necesario, que tendrá éxito, no lo dudo un momento, pero en el que todavía hay que trabajar mucho y arrimar el hombro.

J. Raúl Marcos

jraulmarcos@hotmail.com