La infanta Cristina será juzgada por delitos fiscales en el embolado en el que le ha metido su esposo -'caso Nóos'-, Iñaki Urdangarín.
Sería muy negativo para la monarquía que la Infanta Cristina evitara el juicio oral gracias a una doctrina judicial tan polémica como la doctrina Botín. Pues qué triste, porque la doctrina Botín es injusta y favorece a los poderosos frente al pueblo. Sí, el pueblo.
La doctrina Botín recibe ese nombre porque se aplicó al hoy fallecido banquero acusado de malversación de caudales públicos y delito fiscal con la compra de Banesto. Resulta que se trataba de una acusación popular y el Tribunal Supremo decidió que en este tipo de materias, la acusación particular poco tenía que hacer si no le acompañaba la Fiscalía (que sigue dependiendo del Gobierno, se pongan como se pongan) y la Abogacía del Estado. Como sea que ambos se inhibieron con don Emilio, el Tribunal dio carpetazo.Y sí, el caso Urdangarín afectará más a Felipe VI de lo que afectó a Juan Carlos I
Con ello se terminaba con siglos de una figura jurídica tan española como la acusación popular. En plata, que cualquiera puede demandar al poderoso, sea o no perjudicado directo, si considera que ha cometido un delito.
Una infanta de España no debe salir libre por una triquiñuela legal. Además, compromete al Gobierno porque la doctrina Botín sólo puede aplicarse si Fiscalía y Abogacía del Estado (en este caso con Hacienda al fondo) se inhiben… cuando los jueces han dicho que sí hay indicios de delito.
¿Y esto va a repercutir en la Monarquía española de forma negativa Por supuesto que sí: el caso Urdangarín va a mediatizar (nunca mejor dicho) más a Felipe VI que a Juan Carlos I. En España somos iconoclastas: nos encanta destruir imágenes y, sobre todo, personajes públicos. Cuando más altos, más ilusión nos hace.
Sí, la Monarquía española -algo mucho más importante que Juan Carlos I o Felipe VI- vuelve a estar en entredicho.
Eulogio López
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