A día de hoy pocos directores son capaces de realizar un producto de estas características: a caballo entre la tragedia clásica y las películas de artes marciales. Pero es que hablamos de uno de los grandes cineastas actuales; el director chino Zhang Yimou, tan magistral abordando dramas emotivos como Ni uno menos o El camino a casa o en películas tan vistosas como La casa de las dagas voladoras.

La maldición de la flor dorada evoca al clásico Shakespeare porque su argumento analiza  las consecuencias derivadas de la codicia y el poder sin freno. Pero, al mismo tiempo, es una película muy oriental en su composición visual (toda la ambientación y movimiento coordinado de extras sólo puede ser definido con una palabra: fastuoso) así como en sus escenas de acción (como en otras producciones chinas hay luchas marciales en las que los contrincantes prácticamente vuelan).

Según ha comentado el propio director de la película, La maldición de la flor dorada la ha ambientado en la dinastía Tang porque los cronistas decían que en esa etapa medieval se cumplía un viejo proverbio chino "Oro y poder en el exterior y podredumbre y decadencia en el interior". Así, la ambición desmedida del cruel emperador llevará aparejada la desgracia a todos los miembros de su familia. Es decir, a su exquisita esposa (a la que menosprecia e ignora) al igual que a sus tres hijos varones. Eso sí, no vayan buscando en esta película personajes admirables porque no los encontrarán.

Que Zhang Yimou es admirado por sus compatriotas se pone de manifiesto en que en el reparto de esta espectacular superproducción ha contado con las dos estrellas chinas más internacionales Chow Yun Fat (Ana y el rey de Siam, El monje etc…) y la bellísima Gong Li (2046, Memorias de una geisha etc…)

La maldición de la flor dorada deja boquiabierto al espectador desde la primera secuencia (impresionante la preparación que se realiza en palacio ante la inminente llegada del emperador) a pesar de que desde su magistral arranque intuimos que estamos ante una enorme tragedia…

Para: Los que les gusten las superproducciones al estilo clásico. Con gran movimiento de actores, pocos efectos digitales y mucha perfección visual